
En declaraciones recogidas por la emisora Radio Montecarlo de Montevideo, el veterano exguerrillero tupamaro de 78 años descartó hablar con el presidente Barack Obama sobre el asunto en su viaje a Nueva York, donde participará en la Asamblea General de las Naciones Unidas el próximo martes, entre otras cosas porque no va a tener «conversación» con él, pero «si acaso» hablará «con alguno» para transmitirle esa reflexión.
Con su habitual tono campechano y reflexivo, Mujica indicó además que confía en que las autoridades estadounidenses no anden «perdiendo el tiempo» realizando escuchas telefónicas en Uruguay, tal y como denunció la prensa brasileña citando datos proporcionados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (ASN) de EE.UU. Edward Snowden, lo que a su juicio sería «una manera burocrática de tirar la plata».
«En Uruguay no creo que existan problemas muy serios de seguridad, si quieren perder el tiempo que escuchen lo que quieran. Y no creo que haya grandes secretos industriales tampoco», dijo Mujica.
«Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del Gobierno brasileño constituyen un hecho grave, que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales, y es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos», afirmó entonces el Gobierno de Brasilia en un comunicado.
En un primer momento, las denuncias de Snowden sobre espionaje global de EE.UU. ya habían llevado a Brasil y a sus socios del Mercosur a denunciar el caso ante la ONU, si bien posteriores documentos sobre el espionaje a la propia jefa de Estado y a la empresa Petrobras agudizaron el malestar brasileño. EFE