Danilo Arbilla
Montevideo, Uruguay
Decía Napoleón Bonaparte que más que valientes e ilustrados, prefería tener generales con suerte. Y es así; por ejemplo, esta –la buena suerte–, en los últimos diez o doce años ha sido la compañera y sustento de los regímenes neoprogresistas y populistas latinoamericanos. Es innegable que los Chávez, Morales, Kirchner, Ortega, Correa, Maduro y los Lula y su Brasil emergente han tenido mucha suerte. Eso es lo que explica, mas que ningún otro elemento, su permanencia en el poder. No inventaron la rueda ni la pólvora, como ellos se lo han creído y se lo han hecho creer algunos banqueros e inversores que siempre buscan playas amables para recoger frutos baratos, sin importarles –ni a los mandantes de turno, tan socialistas, nacionalistas y defensores de los pobres y ni qué hablar a los de afuera– lo caro que ellos resultan para las espaldas de los recolectores.
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