Backstreet Boys no fue la primera «boy band» de la historia, pero sí la que más éxito acumuló, con 135 millones de discos vendidos cuando la industria tocaba sus máximos. El quinteto, al completo de nuevo, regresa con un nuevo disco, ahora que el trono pertenece a otros.
«Vemos muchas similitudes con One Direction, con toda esa histeria que están viviendo, pero creo que ellos, al venir de donde vienen -el programa de televisión X Factor- y con las redes sociales, han recorrido un camino más fácil que el nuestro«, consideró A.J. McLean.
Junto a él, Brian Littrell, su primo Nick Carter, Howie Dorough y el pródigo Kevin Richardson ofrecieron este martes una entrevista a Efe en Madrid, dentro de la promoción de «In a world like this», su primer disco tras la reincorporación de éste último y coincidiendo con el vigésimo aniversario de la creación del grupo.
«Nuestros fans han crecido, han tenido niños, se han casado y muchos de ellos permanecen con nosotros. Hay momentos en los que siguen volviéndose locas en los conciertos, pero en general es todo un poco más tranquilo», comentó Dorough, que reconoció que disfrutan más de su profesión.
Atrás queda, por ejemplo, aquel aterrizaje para ofrecer un concierto en Madrid en 1997 que tuvo que ser pospuesto por la ingente y milenaria presencia de seguidores, que impedían garantizar su seguridad.
Muchas de ellas siguen ahí, más adultas pero en ocasiones igual de «locas», plantadas frente a su hotel, aguardando algún gesto de los intérpretes de himnos del pop «mainstream» noventero como «Quit Playing Games (With My Heart)», «Everybody» o «I want it that way», pese a que en la última década afrontaron la transición de grupo adolescente a banda madura.
«Es complicado cuando comienzas muy joven, porque hay un punto intermedio en el que tus seguidores pueden olvidarte temporalmente, pero si sigues haciendo buena música, volverán», opinó Richardson, quien lamentó que, a veces, tanto «la prensa como los fans quieren preservarte como te conocieron».
En su opinión, es el proceso que atraviesan actualmente otros artistas como Justin Bieber o Miley Cyrus, «pero todo el mundo tiene que madurar y cometer errores. Tanto ellos como nosotros crecimos frente al mundo y metimos la pata. Nadie es perfecto», afirmó.
Richardson estuvo fuera de la banda desde 2006 («para seguir adelante con el próximo capítulo de mi vida», escribió) hasta 2012, con esporádicos reencuentros.
«Obviamente, su ausencia se percibía en el escenario, faltaba una voz para las armonías», declaró Nick Carter, uno de los miembros más carismáticos, que cree que, con su regreso, «ha vuelto la magia y la química».
El retorno de Richardson se produjo justo después de una llamativa gira conjunta con otro gran fenómeno masculino, New Kids On The Block, cuyo éxito global en los años ochenta fue heredado por Backstreet Boys en la generación siguiente.
«Yo diría que hubo grupos con una influencia más decisiva para nosotros, como The Temptations o Boyz II Men, pero salir de gira con NKOTB fue fantástico», afirmó McLean.
Algo que estos grupos tenían en común entre sí, y con muchas otras «boy bands» de la época, era su forma de concebir el oficio como un «show» en el que el baile tenía casi tanta importancia como la música, algo que han desterrado grupos masculinos actuales como One Direction.
¿Creen que saltar y brincar por el escenario les restaba credibilidad como artistas? «De hecho, deberían tomarnos más en serio, porque cantar y bailar a la vez es complicado. Y supongo que seguiremos bailando hasta que no podamos», dijo Littrell.
Lo demostrarán en la gira que les llevará a Europa el próximo año.
Sin premios Grammy en la cartera -aunque acumulan siete nominaciones-, su recién descubierta estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood es otro episodio profesional a destacar, convencidos de que «haciendo buenos ‘shows’ y lanzando buenos sencillos, un fan puede ser un fan de por vida». EFE