ROMA (AP) — El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi les está implorando a los senadores que no lo expulsen del Parlamento, argumentando que nuevas pruebas demuestran que no cometió fraude fiscal.
En un esfuerzo de última hora para salvarse de una votación en el Senado que lo alejaría de los cargos públicos durante años, Berlusconi sostuvo este lunes que las declaraciones juradas de 12 testigos y 15.000 páginas de documentación procedente de Hong Kong demuestran que es inocente.
La Corte Suprema mantuvo su declaración de culpabilidad por fraude fiscal.
Berlusconi envió una emotiva carta a los senadores del Partido Democrático (de centro-izquierda) y del Movimiento de las Cinco Estrellas, de corte populista, 48 horas antes de que el Senado someta a votación si lo expulsa de la cámara alta debido a su declaración de culpabilidad.
El magnate de los medios de comunicación de 77 años dijo que su expulsión del Parlamento equivaldría a un golpe al gobierno, aunque él no desempeña ninguna función en él.
«Estos son documentos que demuestran en forma incontrovertible que no tengo nada que ver con eso de que me acusan», dijo Berlusconi al canal de televisión Mediaset, de su propiedad.
La Corte Suprema respaldó la declaración de culpabilidad y la pena de cuatro años de cárcel el 1 de agosto de 2012. Una ley vigente prohíbe que los sentenciados a más de dos años de prisión ejerzan un cargo público o se postulen para un puesto durante seis años.
Los abogados de Berlusconi señalan que la ley de 2012 no puede aplicarse retroactivamente a delitos que presuntamente se cometieron antes de que se aprobara, pero el voto para expulsarlo del Senado parece encaminado a seguir adelante, a menos que sus aliados puedan demorar la decisión.
Desde que la corte emitió su fallo, el empresario y político ha tratado de mantener su base de simpatizantes con éxito decreciente. El 2 de octubre fue humillado en el Parlamento al verse forzado a retractarse de su amenaza de provocar la caída del gobierno luego de que sus ministros se negaron a respaldarlo.
Luego, el 15 de noviembre, Angelino Alfano, a quien alguna vez se consideró su heredero político, causó la división del grupo de centro-derecha al negarse a ingresar a Forza Italia, el nuevo partido de Berlusconi, y lanzar su propia organización Nueva Centro-Derecha, con decenas de legisladores opositores a la línea dura adoptada por Forza Italia.
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