¿Por qué fallaron las encuestas electorales en Costa Rica?

SAN JOSE, Costa Rica (AP) — Una semana antes de las elecciones, el candidato Luis Guillermo Solís no era más que el cuarto aspirante con «alguna» posibilidad de meterse en la lucha por la presidencia de Costa Rica en la entonces eventual segunda ronda electoral.

Este domingo no sólo confirmó que está listo para disputar la primera magistratura en la siguiente votación, sino que además alcanzó la más alta votación de la noche, derrotó al favorito, el oficialista Johnny Araya, de Liberación Nacional, y rompió con un sistema bipartidista que ha gobernado durante 32 años al país, cuyas elecciones eran ganadas o por el Partido de Liberación Nacional o por la Unidad Social Cristiana.

Según el politólogo y profesor de la Universidad de Costa Rica, Francisco Barahona, el descontento que existe entre la mayoría de los costarricenses por la labor del actual gobierno fue reduciendo el apoyo para Araya con el paso de las semanas.

«Con las encuestas desde el mes de noviembre teníamos claro que había un 65% de los votantes que no quiere un tercer gobierno consecutivo del PLN (Liberación Nacional). Ese sentimiento se mantiene y creo que se mantendrá hasta el 6 de abril», dijo Barahona.

Explicó que los costarricenses resienten de los últimos dos gobiernos los casos de «corrupción… los altos niveles de desigualdad, de que no se logre reducir la pobreza, del desempleo que llega al 10% en el último año y otros gazapos que ha cometido el gobierno de la presidenta Laura Chinchilla» dijo.

La fallida concesión de la carretera entre San José y la ciudad turística de San Ramón, a 56 kilómetros al oeste, es uno de los casos más sonados. El gobierno tuvo que pagar una indemnización de 34 millones de dólares a una empresa brasileña porque el contrato no se ejecutó pues los estudios de factibilidad no estaban bien hechos.

Otros casos fueron el desvío de recursos de funcionarios públicos en la construcción de una carretería fronteriza, y el sobreprecio pactado en un préstamo del gobierno chino, para ampliar la ruta hacia Puerto Limón, en el Caribe.

El 20% de la población en Costa Rica es pobre y aunque no ha crecido desde 1993, tampoco ha bajado. Durante el gobierno de Chinchilla, la desigualdad aumentó.

Esa fue la munición que los opositores usaron contra Araya durante la campaña electoral, y el experto Barahona cree que las disputas que aquel mantuvo con el izquierdista del Frente Amplio, José María Villalta, y el derechista del Movimiento Libertario, Otto Guevara; terminó por desgastar a los tres candidatos.

Araya a su vez etiquetó a Villalta de «comunista» afín a los gobiernos de Nicaragua, Venezuela y Cuba mientras que a Guevara lo atacaron por sus ideas reducir el tamaño del Estado y por investigaciones que actualmente tramitan las autoridades sobre el origen de los fondos que financiaron su campaña en 2010.

«Esos tres se ‘chocaron los carros’ mientras Luis Guillermo Solís se mantuvo al margen y no era foco de los ataque entre estos. La campaña del miedo contra Villalta (al señalarlo como comunista), puso a dudar a algunos de sus seguidores, pero no decantó los votos hacia Araya o Guevara, sino que se fueron con Solís», dijo.

El politólogo de la Universidad de Costa Rica, Luis Emilio Jiménez, comentó que esta actitud de confrontación directa entre Araya, Guevara y Villalta cansó rápidamente a los electores, quienes encontraron en Solís un candidato más «sosegado» y con una propuesta de moderación.

«Al costarricense no le gusta la pelea, la confrontación a los tres días lo cansa. La población se informó de las propuestas por los debates y allí estos tres candidatos protagonizaron ataques muy violentos, a lo que Solís sacó provecho», manifestó.

Además de ser señalado por los errores del gobierno de su partido, a Araya se le acusó de devengar salarios excesivamente altos en sus 20 años como alcalde de la capital San José.

Desde el inicio de la campaña electoral, Araya estuvo disputando el primer lugar de las preferencias electorales inicialmente con una amplia ventaja. Pero en noviembre tuvo al partido de izquierda, Frente Amplio, como su principal contendor y al Movimiento Libertario a poca distancia.

El panorama cambió a pocos días de la elección, cuando la última encuesta de la Universidad de Costa Rica dio cuenta de que Solís había crecido de manera importante en la última semana, desplazando al Libertario del tercer puesto y con clara tendencia crecer. La medición también dejó el panorama abierto y una gran incertidumbre, pues un tercio de los posibles electores se declaraban aún indecisos.

«Históricamente el PAC (Partido de Acción Ciudadana) crece mucho en enero», dijo Barahona. «En esta ocasión Solís insistió en que él podía ganar, que venía creciendo. Atrajo a muchos votantes que no se habían decidido porque no es un político tradicional, un profesor universitario de centro izquierda y eso provoca el resultado ayer».

Ese elector «silencioso» acudió a votar el domingo sin mostrar su apoyo, sin portar banderas, y terminó por hacer realidad el escenario menos esperado en esta elección: una victoria de Solís.

El presidente del Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, Luis Antonio Sobrado, anunció este lunes el inicio del conteo manual de los votos emitidos como lo ordena la Constitución pues la diferencia de votos entre los dos primeros lugares es menor a un 2%.

Según el último reporte del Tribunal Supremo de Elecciones, con el 89% de las mesas escrutadas, Solís obtuvo el 30,95% de los votos y Araya el 29,59%.

Dado que ningún candidato logró el 40% necesario para ser proclamado presidente, Solís y Araya deberán enfrentarse en una segunda ronda electoral programada para el próximo 6 de abril.

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Luis Guillermo Solís, candidato del Partido Acción Ciudadana, habla a sus partidarios en San José, Costa Rica, 2 de febrero de 2014.   (AP Photo/Moisés Castillo)

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