Mafia calabresa se rebela ante excomunición del papa Francisco

Oppido Mamertina, en Calabria, foto del 16 de julio de 2014.

Unos 200 mafiosos encarcelados en la prisión de alta seguridad de Larino, en la región de Molise, decidieron este domingo no acudir a la misa dominical en protesta por la decisión del papa Francisco de excomulgar a la ‘Ndrangheta, la feroz mafia calabresa, tras el asesinato, el pasado mes de enero, de un niño de tres años en un ajuste de cuentas con su familia.

Al mismo tiempo, una procesión de creyentes inclinó hoy la imagen de la Virgen María que portaban al pasar frente a la casa de un capo de la ‘Ndranghetta, en un pueblo de esa región del sur de Italia, informan medios locales.

Estos hechos se producen solo dos semanas después de que el papa Francisco viajara a Calabria y excomulgara a los mafiosos.

En un duro discurso durante esa visita, el pontífice afirmó que no existe perdón para los miembros de la mafia y llegó a decir que la ‘Ndranghetta «es la adoración del mal y el desprecio del bien común».

Hoy, en el pueblo de Oppido Mamertina, durante la procesión, decenas de personas se acercaron hasta la casa del capo Peppe Mazzagatti, de 82 años, e inclinaron la imagen de la Virgen.

Mazzagatti, que fue condenado en los años 80 por extorsión, homicidio y asociación mafiosa, se encuentra bajo arresto domiciliario por motivos de salud desde 2003, según el diario italiano «Quotidiano».

El tradicional silencio, e incluso la permisividad, de la Iglesia católica frente a las cuatro grandes mafias que operan en Italia –la Cosa Nostra siciliana, la Camorra napolitana, la ‘Ndrangheta calabresa y la Sacra Corona Unita, en la Puglia—solo había sido roto por Juan Pablo II en mayo de 1993 durante una visita a Sicilia.

La reacción de la Cosa Nostra, por entonces bajo la dirección del sangriento Totò Riina, fue terrible. Durante el verano siguiente explotaron dos bombas en sendas iglesias de Roma y en septiembre fue asesinado en Palermo el sacerdote Pino Puglisi, conocido por su lucha contra la Mafia.

Hoy, los presos de la prisión de Larino se dirigieron al capellán y le plantearon el desafío: “Si estamos excomulgados, no merece la pena que vayamos a misa”, según lo ha referido en Radio Vaticana monseñor Giancarlo Bregantini, arzobispo de Campobasso y antes obispo de Locri, una localidad de Calabria de la que tuvo que marcharse tras ser amenazado de muerte por la ‘Ndrangheta.

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