Paraguay quiere entrar a Consejo de DDHH sin tratar abusos de dictadura

Asunción, 4 oct (EFE).- Paraguay aspira a entrar en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, su máximo órgano de ese ámbito, al mismo tiempo que Naciones Unidas ha criticado al país por la falta de investigación de los abusos cometidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).

Los miembros elegidos para ese ente deben «mantener los estándares más altos en la promoción y protección de los derechos humanos», según la resolución de la ONU que lo creó en 2006.

Para Paraguay una asignatura pendiente en este sentido es hacer justicia por los crímenes del régimen militar, cuyas víctimas piden desde hace décadas que se investigue y condene a torturadores y asesinos.

El Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas destacó la semana pasada que solo un grupo reducido de responsables de abusos ha sido juzgado y sancionado, pese a que ya han pasado más de 25 años de la caída de Stroessner en un golpe de Estado.

Su salida repentina hizo que en Paraguay nunca hubiera una ley de amnistía, al contrario que en otros países de la región, pero aun así la justicia solo emitió condenas contra un puñado de policías, en procesos realizados poco después del fin de la dictadura.

La Comisión de Verdad y Justicia comprobó la existencia de 425 ejecutados o desaparecidos y casi 20.000 detenidos, la gran mayoría víctimas de torturas.

Los responsables de esos abusos no son personas anónimas, pues existen dos mil testimonios y toneladas de archivos internos de la época.

Ante la inacción en Paraguay, algunas víctimas han presentado una demanda en Argentina, en la que identifican a 18 supuestos responsables, de los que facilitan hasta su dirección en Paraguay, donde siguen libres.

Las víctimas atribuyen la falta de investigación a que empresarios, juristas y políticos que continúan en posiciones de poder se beneficiaron económicamente de los negocios ilícitos bajo la batuta de Stroessner, como apropiaciones ilegales de tierras.

Uno de los pilares del dictador fue el Partido Colorado, que no cayó con él, sino que ha mantenido la presidencia desde entonces salvo por un período de cinco años.

El Gobierno de Horacio Cartes ha evitado abordar las secuelas del régimen autoritario, pero aun así el tema le ha generado algunos traspiés.

El mes pasado propuso como embajador en Perú a Luis González Arias, quien fue el máximo diplomático de Paraguay en Naciones Unidas (1977-1983) y en Argentina (1983-1986) con Stroessner.

En una comparecencia en el Congreso, el candidato negó que desde esos puestos delatara a enemigos del régimen, pero la publicación por la prensa de documentos comprometedores le forzó a desistir.

Uno de ellos fue una comunicación interna de la dictadura de 1983 a la que tuvo acceso Efe, que afirmaba que, desde su puesto en Buenos Aires, González Arias facilitó la vigilancia a opositores, quienes pedían una democracia en Paraguay.

El año pasado el Gobierno también se planteó designar a Alfredo «Goli» Stroessner, nieto del fallecido dictador, como embajador ante la ONU, pero optó por no hacerlo ante la ira de las víctimas.

El Comité contra la Desaparición Forzada también apuntó que solo se ha localizado un pequeño número de cadáveres de personas asesinadas por el régimen de Stroessner y que aún no han sido identificados.

Se trata de 20 cuerpos, según Rogelio Goiburú, hijo de Agustín Goiburú, desaparecido por la dictadura, quien dirige los esfuerzos de recuperación y que ha pedido varias veces el desembolso de fondos presupuestados por el Gobierno anterior para las pruebas de ADN.

Paraguay no es el único candidato al Consejo criticado por fallas en la defensa de los derechos humanos.

En el ente, compuesto por 47 países, actualmente hay países como Venezuela, Arabia Saudí, Cuba y China a los que organizaciones no gubernamentales acusan de violar derechos fundamentales.

Pero la sociedad civil no elige a los integrantes del Consejo, sino los 193 países miembros de la ONU, que al adoptar su decisión a menudo toman en consideración factores más allá de la protección de los derechos humanos.

Esta semana, Paraguay anunció el apoyo de Malasia a su candidatura al Consejo, al mismo tiempo que Malasia indicó que Paraguay respalda su entrada en el Consejo de Seguridad de la ONU. EFE

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