Decenas de maestros mexicanos atacan la residencia del gobernador de Guerrero

EFE/Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo (México), 29 oct (EFE).- Decenas de maestros atacaron hoy la residencia oficial del nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, al término de una marcha para pedir su renuncia y el retorno con vida de los 43 estudiantes desaparecidos hace un mes, según constató Efe.

Unos 70 integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) encapuchados y con palos y picos en mano intentaron derribar una de las puertas de la residencia ubicada en Chilpancingo, capital del sureño estado de Guerrero.

Las fuerzas de seguridad respondieron con petardos y piedras, lo que enfureció a los maestros, que utilizaron un poste de madera para tirar la puerta. Asimismo, incendiaron un vehículo oficial.

Sin embargo, un 500 agentes antidisturbios reforzaron la seguridad de la residencia, lo que disuadió al grupo de manifestantes.

El incidente se produjo al final de una marcha en que participaron unos 1.000 maestros de la Ceteg, un sindicato que ha protagonizado numerosas protestas contra la reforma educativa impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto y ahora por la desaparición de estudiantes.

Los maestros exigen la renuncia de Ortega, quien el domingo pasado fue elegido por el Congreso de Guerrero como gobernador interino en sustitución de Ángel Aguirre, porque no fue elegido por el pueblo y la aparición de los 43 estudiantes.

Aguirre, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), dimitió el jueves pasado presionado por el malestar social generado por los hechos violentos del 26 de septiembre en Iguala.

Esa noche, policías atacaron a tiros a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa presuntamente por órdenes del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, causando la muerte a 6 personas y heridas a 25 más.

Además, de acuerdo con la investigación, los policías detuvieron a 43 estudiantes y los entregaron al cártel Guerreros Unidos, cuyo líder, Sidronio Casarrubias, ordenó su desaparición creyendo que se trataba de miembros de Los Rojos, un grupo criminal rival. EFE

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