La victoria de Charlie

María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Hace apenas unos meses, Meriam Yehya Ibrahim, una sudanesa cristiana de 27 años, enfrentó la pena de muerte por apostasía, o haber renunciado a su fe musulmana. También la acusaron de adulterio, por haberse casado con un cristiano, en cuyo caso su matrimonio es considerado nulo bajo la ley musulmana. Luego de que la imagen del Papa Francisco recibiéndola en el Vaticano diera la vuelta al mundo, Ibrahim y su familia llegaron a los Estados Unidos donde recibieron asilo.

Al final del 2014, el gran estreno mundial de “La Entrevista” (“The Interview”) fue boicoteado por los cyberataques de Corea del Norte a Sony porque la película ridiculiza el mito que envuelve a la figura del líder supremo Kim Yong Un, y se menciona la existencia de hambruna y campos de concentración bajo sus dominios.
Y en Nigeria, la facción islamista Boko Haram sigue secuestrando niñas cristianas, convirtiéndolas al Islam, vendiéndolas como esposas y negándoles su derecho a estudiar, so pena de violarlas masivamente y mutilarlas. Su destrucción de los poblados que va tomándose para instaurar su territorio bajo su ley ha costado miles de vidas y nada parece poder detenerlos.

Los ataques al semanario satírico francés #CharlieHebdo y las muertes de 12 personas, entre ellos los caricaturistas que osaron representar al profeta Mahomma, responden al mismo fenómeno: la pretensión de imponer mediante el uso de la fuerza y el terror, una sola verdad, un estilo de vida o una religión sobre otras personas, ya sea en territorio propio o no.

Es ante esto que se rebelaron con sus irreverentes caricaturas los asesinados en París: en el país de los derechos fundamentales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, la extrema tolerancia hacia la inmigración no significa que deban permitir la imposición de ningún credo. Hace 10 años los franceses lograron que el Estado prohibiera el uso del velo islámico en los colegios.

Desconocer que el ataque a #CharlieHebdo fue un atentado terrorista contra la libertad de expresión es una negación deliberada. Los asesinos entraron al semanario a matar a los comunicadores y las marchas de este enero en París y que ya hicieron historia se caracterizaron por lápices, estilográficas y ejemplares de #CharlieHebdo. Pero no sería la primera vez que el presidente de Ecuador quiere imponer su punto de vista sobre un atentado.

Es tan evidente que los terroristas en París atentaron contra la libertad de expresión que los medios en América Latina llamaron inmediatamente al caricaturista Xavier Bonilla, Bonil,  célebre por haber sido varias veces demandado por los órganos de control mediático del régimen ecuatoriano, para que comentara la tragedia de sus colegas de #CharlieHebdo.

Pero tanto las demandas a Bonil como la del caricaturista Roque son una raya más para el periodismo ecuatoriano que ha recibido más de 250 ataques a su labor solo en el año 2014 (Fundamedios).
Según los órganos de censura en Ecuador, Bonil y Roque merecerían sentencia porque sus caricaturas son difamatorias y discriminatorias o no se ajustan a la verdad. ¿Alguna diferencia con las consideraciones de los extremistas religiosos?

Mientras la revolución ciudadana en Ecuador ha determinado que la comunicación sea un servicio público, es decir, su suministro depende del Estado controlador; una ley de comunicación a imagen y semejanza de la ecuatoriana ha sido aprobada en el Uruguay progresista que deja Mujica: y Dilma Rousseff se apresta a concentrar sus esfuerzos contra la prensa para desviar la atención ante una descomunal corrupción e ineficacia en el Brasil que el Partido de los Trabajadores (PT) domina desde hace 12 años.

Pero muy al contrario de lo que el extremismo político o religioso ansía, la libertad de expresión no será derrotada, muy al contrario. Los crímenes de #CharlieHebdo en París han convocado al mundo a unirse en defensa de la libertad de expresión como fundamento de las sociedades libres.

Y esa es la victoria anticipada por el editor asesinado Charles Charbonier: “Prefiero morir de pie antes que vivir de rodillas”.

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