Beirut (AP) — Combatientes curdos respaldados por intensos ataques aéreos de Estados Unidos prácticamente expulsaron a la milicia Estado Islámico de la localidad siria de Kobani el lunes, en un gran revés para los extremistas, cuyas esperanzas de una victoria fácil se disolvieron en un asedio sangriento y costoso que parece a punto de culminar en una derrota.
Los combatientes izaron una bandera curda sobre una elevación en la población cerca de la frontera con Turquía donde antes ondeaba la bandera negra el Estado Islámico. Representa una victoria crucial para los curdos y para la coalición encabezada por Estados Unidos, cuyo coordinador había pronosticado que el grupo Estado Islámico quedaría «empalado» en Kobani.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, y el funcionario curdo Idriss Nassan dijo que el Estado Islámico casi había sido expulsado y solo se libraban combates esporádicos en los suburbios orientales.
«El Estado Islámico está al borde de la derrota», dijo Nassan en Turquía, cerca de la frontera. «Sus defensas se han derrumbado y sus combatientes han huido».
En septiembre, combatientes del Estado Islámico tomaron unas 300 aldeas curdas cerca de Kobani y atacaron la ciudad misma hasta ocupar aproximadamente la mitad. Decenas de miles de refugiados cruzaron la frontera a Turquía.
La toma de Kobani hubiera permitido a los yihadistas controlar un cruce fronterizo con Turquía y contar con una línea directa entre sus posiciones en la frontera.
Analistas tanto sirios como curdos atribuyen a los ataques aéreos y la intervención de unidades de la peshmerga curda fuertemente armadas el haber neutralizado la ventaja del EI en materia de artillería y pasado a controlar las zonas clave de Kobani.