Miles de personas han marchado en protesta contra políticas del gobierno del Presidente Rafael Correa en Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala, Portoviejo, Latacunga, Loja y Tulcán, según reporta la agencia EFE. La marcha no ha estado libre de momentos de violencia. El periodista Kléber Aranda, del canal público Gama, dijo que fue agredido por grupos de encapuchados que lo atacaron a él y a otro colega suyo del canal privado Teleamazonas.
El camarógrafo de LaRepública, Jonathan Bedón, también ha sido agredido y golpeado en la cabeza mientras transmitía en vivo enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, en el malecón de Guayaquil, cuando estos impedían su paso. Bedón, que está bien y ha seguido trabajando, no puede identificar a sus agresores.
Este portal sufrió un ataque cibernético mientras transmitía en vivo las marchas, y ha estado fuera de línea por alrededor de tres horas. La transmisión ha seguido, vía redes sociales, de manera ininterrumpida.
Asimismo, agentes de la Policía montada acudieron a la Plaza de San Francisco, donde se congregó la marcha, para dispersar a manifestantes que provocaron algunos altercados.
La marcha fue convocada por grupos de trabajadores e indígenas contra ciertas políticas del Gobierno.
La movilización, convocada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), ha sido resguardada por policías, que han colocado vallas de contención en algunas calles, sobre todo las que se dirigen a la Plaza de la Independencia, donde partidarios del Gobierno realizan una «vigilia» de respaldo a la Administración.
En varias ciudades también se desarrollaron movilizaciones y concentraciones de grupos oficialistas que respaldan al Gobierno y critican el supuesto juego que dicen hacen las organizaciones sindicales e indígenas a la oposición de derechas.
El presidente de la mayor organización indígena del país, la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Jorge Herrera, en un discurso ante los manifestantes dijo que «hay políticas que quiere este pueblo para asegurar la soberanía alimentaria, por eso es importante la unidad con la clase trabajadora, el pueblo que se ha unido esta tarde y se ha movilizado en todo el país».
Poco después del inicio de los discursos de los dirigentes indígenas, la plaza de San Francisco a dónde llegó la marcha de protesta, se quedó sin energía eléctrica.
Correa, en una vista al centro del país, destacó que «mientras algunos pretenden arrastrarnos al pasado, nosotros estamos inaugurando obras, esperanzas, futuro, mientras los mismos de siempre salen a marchar cargados de odios y revanchismos, añorando el pasado, Mientras otros quieren volver al pasado estamos aquí dejando huella con obras».
El presidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitaria de Trabajadores, Mesías Tatamuez, dijo a radio Quito que «el miedo (al gobierno) se quedó en el 2014 y no queremos que regrese… La marcha viene por la grosería, por el insulto, por no reconocer la conflictividad laboral que existe«.
Pero el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, respondió a través de radio Sonorama que quienes marchan son parte de «esa unidad de izquierda extrema y derecha extrema que está calentando las calles». Agregó que «si leemos la plataforma de lucha, habría sido más fácil decir que se oponen a todo».
Tatamuez, además, calificó en las redes sociales como una «victoria» de los movimientos indígenas y sindicales la marcha en Quito y en otras ciudades del país por el apoyo de otros grupos sociales.
El derecho a la huelga, la estabilidad laboral, el incremento salarial, la seguridad social universal, una reforma agraria integral, la redistribución de tierras y reformas a varias leyes en vigor como las de Aguas, Comunicación, Educación y al Código penal forman parte del pliego de peticiones de los manifestantes.
Asimismo, demandan la permanencia del subsidio al gas de uso doméstico, se oponen a la política de promoción de cocinas de inducción eléctrica impulsada por el Gobierno y exigen la legalización de la propiedad de un edificio estatal en Quito, donde funciona desde hace varios años la sede de la Conaie.
Otros grupos que se adhirieron a la protesta reclamaron por las salvaguardias arancelarias aplicadas recientemente por el Gobierno a un tercio de las importaciones, por considerar que incidirán en un alza de los precios de los productos.
Varios colectivos también marcharon contra una política de planificación familiar que impulsa el Ejecutivo, así como por una mayor libertad de prensa y por reformas educativas.
* Con reportes de EFE y AP.