Pazmiño: una bomba de tiempo en la Corte IDH

Martina Rapido Ragozzino
Quito, Ecuador

16 de junio de 2015. Llegó el día del voto en la OEA. Después de muchas camapañas fortalecidas en los últimos meses, los representantes de los países miembros finalmente se sientan a decidir el futuro de Comisión y de la Corte Interamericana. Está de más establecer la importancia de ambos organismos en la región, pero sí vale la pena decir que para todos los que –al menos en un futuro– quisiéramos dedicarnos a defender los derechos humanos, es un día importante. Desde el inicio, una candidatura en específico me llamó la atención y me generó muchas dudas: la de Patricio Pazmiño a juez de la Corte IDH.

Estoy sentada frente a mi computador y veo el streaming en vivo de la votación. Aún a kilómetros de distancia puedo observar a los representantes de los paises de la OEA tratando temas como las Malvinas y discutiendo el futuro de la OEA y sus organismos. Todo eso me parece superfluo considerando lo que se viene despues. Finalmente, anuncian el inicio de la votación y tengo la sensación de saber que sucederá algo importante sobre lo cual no se tiene control alguno.

En un cuaderno anoto los nombres de los candidatos a comisionados y a juces. La primera votación será para los comisionados, seis candidatos para cubrir cuatro puestos en la CIDH para el próximo periodo. Las encargadas de contar los votos comienzan a mencionar los nombres uno tras otro. Llevo mi propia cuenta y cuando el escrutinio está por acabar, ya conozco el resultado. Quiero twittear al respecto pero enseguida mencionan: Francisco Eguiguren (PE), Margaret May Mckaulay (JA), Esmeralda Arosemena (PAN) y Enrique Gil Botero (CO). Ellos serán los nuevos comisionados. Queda por fuera Sandra Soriano de Bolivia. A final de cuentas era la que más había sido cuestionada por el panel de expertos.

La no elección de Soriano me da esperanzas, tal vez el informe de los expertos independientes ha sido escuchado, tal vez Pazmiño –también cuestionado en ese informe– siga la misma suerte. Anuncian las votaciones para los jueces, ahora sí tengo los nervios de punta. Cruzo los dedos. La gente sigue twitteando #NoAPazmiñoAlaCorteIDH. Veo cómo las encargadas de recoger los votos pasan entre los 23 representantes de los países votantes para que depositen sus hojas en una cajita. Listo, es hora, van a anunciar a los ganadores. Cojo mi cuaderno nuevamente y comienzo a anotar. Primer país vota por Pazmiño. Hago una línea al lado de su nombre esperando –ilusamente– que sea la última. Desafortunadamente, la oración “Patricio Pazmiño Freire – Ecuador” se pronuncia repetitivamente. De repente, mi streaming deja de funcionar. Entro en pánico y escribo a todos los que podrían estar siguiendo las votaciones para que me cuenten. La conexión regresa, ya son los últimos votos y no sé cuantos me he perdido. Actualizo mi página de twitter y veo los comentarios de la gente, nada bueno puede estar pasando. Finalmente, el anuncio: los nuevos jueces de la Corte IDH para el próximo periodo son Elizabeth Odio (CR), Raúl Zaffaroni (AR), Eduardo Vio Grossi (CH) y Patricio Pazmiño (EC).

Patricio Pazmiño, el tan discutido presidente de la Corte Constitucional ecuatoriana, es parte de la Corte Interamericana. Trato de imaginar cómo cambiarán las cosas, cómo cambiará ese organismo que durante todos mis años universitarios idolatré. Lo más asombroso es que Pazmiño obtuvo 22 votos de 23 votantes. ¡No sólo obtiene un puesto como juez, sino que es el que más votos tiene!

La única razón por la que sonreí ese día fue al ver la emoción con la que Elizabeth Odio Benito acogió su victoria. El único aspecto positivo es que ahora tenemos una mujer en la Corte Interamericana, una mujer a la que admiro. Pienso en todo lo que ésta deberá enfrentarse al trabajar con alguien como Pazmiño y espero que los demás ganadores puedan ponerle un freno al nuevo juez de origen ecuatoriano.

Parecerá irrazonable y exagerado el dolor que siento tras la victoria de Pazmiño pero la verdad es que no puedo aceptar que con sus antecedentes esté en la Corte IDH. Hasta un minuto antes del anuncio de los ganadores tuve la esperanza que los votantes hayan escuchado las quejas de la sociedad civil, que hayan comprendido los miedos expresados por los defensores de derechos humanos y que hayan leído el informe de los expertos independientes.

Numerosos casos llevados ante la Corte Constitucional han sido resueltos con completo desconocimiento de lo que son los derechos humanos. Uno de ellos, por ejemplo, fue la inconstitucionalidad de la Ley de Comunicación. Además, con el escándalo de la Cervecería Nacional se ha reflejado la falta de independencia de Pazmiño y de la Corte que él preside. Estos son tan solo dos ejemplos explicados a breves rasgos que demuestran la poca credibilidad que puede otorgarse al nuevo juez.

La delegación de expertos independientes, que por meses se había encargado de analizar a cada uno de los candidatos, ya había cuestionado esa postulación. El 4 de junio presentaron su informe y tuvieron varias cosas que decir sobre él. Llamó mucho la atención, por ejemplo, que se haya negado a responder el cuestionario que le enviaron. ¿Cuál era el miedo a responder a sus preguntas? Estas se dirigían a obtener información sobre el background del candidato, cuáles son los requisitos requeridos para cumplir su cargo en Ecuador y cómo los cumple, cuál ha sido su labor en el ámbito de los derechos humanos, por qué quiere ser juez de la Corte Interamericana e incluso si podría existir un posible conflicto de intereses.

Los expertos pusieron en tela de duda su capacidad moral, poniendo como ejemplo el caso de la Cervecería Nacional. Además, cuestionaron cómo ingresó a ser parte de la Corte Constitucional. Mencionaron también el caso Camba Campos, donde la Corte IDH determinó que la destitución de los ex jueces de la Corte Constitucional fue arbitraria y vulneró el debido proceso. Para concluir, analizaron el conflicto de intereses que podría existir si Pazmiño hubiese sido electo como juez de la Corte.

A pesar de este informe y de las constantes manifestaciones en contra de la candidatura de Pazmiño, será juez de la Corte Interamericana hasta el 2021. Pazmiño es una bomba de tiempo, no pasará mucho antes de que esa bomba estalle y se lleve consigo todo el trabajo que la Corte IDH y el SIDH han venido haciendo por décadas. Ahora, sinceramente, no guardo ninguna esperanza.

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