Extrema izquierda gana el liderazgo del Laborismo británico

Jeremy Corbyn sonríe tras el anuncio de que ha sido elegido líder del Partido Laborista durante la conferencia del partido opositor británico, Londres, sábado 12 de septiembre de 2015. (AP Foto/Kirsty Wigglesworth)

LONDRES (AP) — El parlamentario de extrema izquierda Jeremy Corbyn fue elegido el sábado líder del Partido Laborista británico, una victoria que amenaza con profundizar las divisiones en el partido opositor, que no termina de recuperarse de una fuerte derrota en las elecciones de este año.

La victoria de Corbyn es una de las mayores sorpresas de la política británica en varias décadas, que señala un fuerte viraje a la izquierda de su partido y el rechazo de la política centrista de sus predecesores.

El parlamentario de 66 años, de pelo y barba plateados, ha sido objeto tanto de críticas encendidas como de admiración por sus posiciones socialistas: quiere aumentar los impuestos a los ricos, se opone a las medidas de austeridad y es partidario de nacionalizar la industria. Considerado excéntrico y marginal hace apenas tres meses, pudo desplazar a sus tres adversarios, más cercanos al establishment.

Aplausos y vítores estremecieron la sala en Londres ante el anuncio de que Corbyn había obtenido casi el 60% de los votos, mientras que su rival más próximo, Andy Burnham, obtuvo apenas el 19%. Se contabilizaron 422.664 votos.

En su discurso, Corbyn prometió un país más igualitario y solidario y poner fin a los «niveles grotescos de desigualdad».

«Los conservadores han utilizado la crisis económica de 2008 para imponer una carga terrible a la gente más pobre de este país», dijo. «No es justo, no es necesario y tiene que cambiar».

Previamente, al arribar a la conferencia, decenas de seguidores lo rodearon y cantaron el himno socialista «Bandera roja».

El éxito inesperado de Corbyn ha provocado meses de debates enérgicos, incluso enconados, acerca de la identidad del partido.

Bajo los dos primeros ministros laboristas anteriores, Tony Blair y Gordon Brown, el partido desechó su programa de nacionalización de la industria y se acercó a los grandes empresarios, pero desde que perdió el poder en 2010 y sufrió una derrota electoral aún mayor este año, algunos activistas creen que es hora de volver a las raíces.

A diferencia de sus rivales más jóvenes — Burnham, Yvette Cooper y Liz Kendall_, Corbyn aparece como un partidario acérrimo del «viejo laborismo». Quiere aumentar las inversiones en infraestructura y los impuestos a las grandes empresas, así como redistribuir la riqueza. Se opone a que Gran Bretaña continúe en la OTAN y quiere eliminar su programa nuclear.

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