Aute: «Cuando acabo algo, estoy convencido de que será lo último que haga»

MADRID, 25/01/2016.- Luis Eduardo Aute durante una entrevista con Efe en su taller de pintura en la que confiesa que, cada vez que acaba algo, está "convencido" de que será lo último que haga. Pintor, dibujante, poeta, director de cine, músico, intérprete... Son numerosas las fuentes de las que ha bebido el artista, un "curioso" irredento que cumple 50 años en la música, a pesar de sus reticencias iniciales, y lo celebra con una gira antológica cuyo repertorio ha sido escogido por sus amigos. Será el próximo viernes cuando este pilar de la canción de autor en España, nacido en Manila en 1943, salte al escenario del Teatro Circo Price de Madrid, dentro del ciclo Inverfest, para repasar una vida jalonada por 400 canciones. EFE/Sandra Jabalera

Madrid, (EFE).- Pintor, dibujante, poeta, director de cine, músico, intérprete… Son numerosas las fuentes de las que ha bebido Luis Eduardo Aute, un «curioso» irredento que cumple 50 años en la música, a pesar de sus reticencias iniciales, y lo celebra con una gira antológica cuyo repertorio ha sido escogido por sus amigos.

Será el próximo viernes cuando este pilar de la canción de autor en España, nacido en Manila en 1943, salte al escenario del Teatro Circo Price de Madrid para repasar una vida jalonada por 400 canciones, de la que habló con Efe.

PREGUNTA: Medio siglo ya, y eso que costó mucho convencerle para que se dedicara a la música…

RESPUESTA: Y cuesta todavía. Una vez en el escenario intento pasármelo bien, pero cada vez me cuesta más.

P: ¿A qué o a quién no le ha dedicado de momento una canción?

R: Las canciones, como los poemas, son una manera de hablar conmigo mismo, me invento un interlocutor imaginario y benevolente, que esté de acuerdo con todo le que le digo, y le cuento todas mis cuitas.

P: ¿Qué papel tuvo Massiel en que se dedicara a la música?

R: La conocí en pleno servicio militar, cuando ella empezó a cantar. A la vuelta del servicio, yo tenía unas canciones escritas por pura curiosidad. Entre ellas estaban «Rosas en el mar» y «Aleluya nº1», que le gustaron mucho, las grabó y fueron un éxito en todo el mundo.

P: ¿Entonces ella fue decisiva en que se dedicara a esto?

R: Creo que era un camino inevitable. Esas canciones ya estaban escritas. Y había un productor de discos, de Los Bravos y Manolo Díaz, que me intentaba convencer.

P: Sorprende el nivel de actividad creativa que desarrolla aún a los 72 años. ¿Nunca le falla la inspiración?

R: Cuando acabo algo, estoy convencido de que será lo último que haga y de que no va a ocurrir nada más, de que me he quedado seco.

P: ¿Hay algún palo artístico que no haya tocado y que le hubiera gustado?

R: Me hubiera gustado hacer teatro. Me provoca bastante y nunca me he metido ahí, solo poner música. No digo que no lo vaya a hacer. Además soy incapaz de hacer narrativa. Lo admiro mucho, pero yo no sé contar una historia.

P: ¿Ser poeta es distinto de ser cancionista?

R: No es poeta quien escribe poemas, sino quien utiliza cualquier medio de expresión y es capaz de ir un poco más allá del espejo, de construir una mirada distinta, un ‘desestatus quo’, provocar la sensación de que te quitan el cielo. Una obra de arte lo es en cuanto que es capaz de rozar esa dimensión inesperada y mágica. El artista se parece más a un mago que a cualquier otra cosa.

P: Entonces, ¿usted se siente poeta?

R: Yo intento rozar ese vuelo poético, otra cosa es que lo logre.

P: ¿Nunca le ha costado dividir su atención entre tanta disciplina artística?

R: Desde siempre he hecho esas salidas con diversas amantes, no tengo la sensación de que sean cosas distintas. No entiendo el concepto de disciplina en un acto creativo. De hecho, me considero un indisciplinado de las disciplinas.

P: ¿Por qué le pidió a sus amigos que fueran ellos quienes decidieran el repertorio de esta gira?

R: Tengo muy poca capacidad para distanciarme de mis canciones.

P: ¿Y «Al Alba» le gusta tanto como a su público? ¿Nunca le ha cogido manía?

R: No, a mí me gustan todas. En algún momento la aparqué porque me empezaba a resultar reiterativo, pero luego la recuperé. Es algo que hago cuando entro en rutina.

P: ¿Cuál es su mejor virtud?

R: La curiosidad. Es un motor con mucha fuerza.

P: ¿Y no se cansa de que siempre se le pida opinión sobre todo tipo de cuestiones políticas?

R: Me asusta un poco, porque yo me siento tan perplejo como los demás. No tengo más información que los demás. Soy optimista y creo que se está empezando a estructurar otra manera de entender la convivencia y la política, pero echo de menos en todas las propuestas el concepto de cultura, que no aparece prácticamente en ningún discurso, cuando un país es sobre todo su cultura. EFE

(I)

Más relacionadas