El escritor Mario Escobar arroja luz sobre el poco conocido genocidio gitano

El escritor Mario Escobar arroja luz sobre el poco conocido genocidio gitano.

Miami (EE.UU.), (EFE).- El historiador y escritor español Mario Escobar, que presenta en EE.UU. su novela «Canción de cuna en Auschwitz», sobre el poco conocido genocidio gitano, afirma que el género histórico atraviesa por una etapa de «redescubrimiento», después de haber dejado atrás un boom sin precedentes.

En una entrevista con Efe en Miami, tras haber asistido a la Feria del Libro de Buenos Aires, Escobar, autor de la primera biografía del papa Francisco, que fue publicada en 2013, poco después de que iniciara su pontificado, y traducida a doce idiomas, admitió que hay una cierta crisis en la novela histórica.

En «Canción de cuna en Auschwitz» (Harper Collins Español), el escritor arroja luz sobre el genocidio del pueblo gitano en la Segunda Guerra Mundial, mucho menos conocido que el holocausto judío.

La razón de ese desconocimiento -dice Escobar- es que «los gitanos han sido un pueblo sin voz y no han tenido detrás un estado que les apoyara».

«Es un pueblo que sigue marginado y esa marginación le ha llevado a que se ignorara su genocidio», agregó este escritor que empezó a hacerse conocido internacionalmente con «Conspiración Maine» (2006), sobre la guerra de 1898 entre EE.UU. y España que propició que Cuba y Puerto Rico dejaran de ser colonias españolas.

Hasta 1982, dice, Alemania no reconoció el genocidio gitano ni a los gitanos como víctimas y hasta 2013 no fueron invitados a las ceremonias conmemorativas en Auschwitz. Incluso, e Francia, después de la Segunda Guerra Mundial los gitanos que sobrevivieron siguieron detenidos varios años en campos de concentración, indicó.

No hay cifras precisas sobre cuántos gitanos fueron asesinados pero se calcula que pueden haber sido hasta un millón, los primeros «a bala», fusilados y enterrados en fosas comunes, y los otros en los campos de exterminio.

La novela, que fue publicada en España en abril y ahora va a ser distribuida por toda América, se basa en una historia real, la de Helene Hanneman, una enfermera aria casada con un hombre gitano en la Alemania nazi y que estuvo recluida en el campo de exterminio de Auschwitz junto con su marido y los cinco hijos de ambos.

Helene, que por ser aria podía haberse salvado pero decidió compartir el destino de su familia, dirigió la guardería que funcionó en el llamado «campo gitano» de Auschwitz.

Ese campo, destruido en 1944, tenía unas condiciones particulares, pues era un campo de familia, vivían todos juntos, padres, madres e hijos, como fue el caso de Helene, y no salían a trabajar fuera de Auschwitz, lo que por un lado era positivo pero por otro les privaba de la comida que los empresarios que contrataban a prisioneros les daban, señala Escobar.

En el «campo gitano» empezó su carrera como médico de Auschwitz el temido Jozef Mengele, que fue quien encargó a Helene Hanneman que pusiera en marcha la guardería.

La vinculación de los gitanos con la India, cuna del tronco indoeuropeo al que pertenecen los arios, hacía que algunos filósofos nazis les tuvieran si no simpatía más respeto que a los judíos.

Escobar, que se ha aventurado en otros géneros como la novela policial y escribe también libros específicamente para formato electrónico, como El Círculo, que fue el más vendido en español en las plataformas de Amazon, ya está preparando otra novela histórica, esta vez ambientada en el sur de Francia durante la segunda gran guerra.

A su juicio después de una «sobreexplotación» de este género, hoy la novela negra y la ciencia ficción están comiéndole terreno, al menos en España subraya.

Para este especialista en historia moderna e historia de la Iglesia católica, autor también de biografías de Santa Teresa de Jesús y Bartolomé de las Casas, entre otros personajes, los problemas más comunes de las novelas históricas es que «pecan por defecto o por exceso».

En el primer caso están mal o escasamente documentadas y en el segundo, tienen demasiados datos, se convierten en un pequeño ensayo y la trama novelesca se pierde, pero además hay otras que no son «coherentes» con la época que retratan, pues en el relato se introducen valores e ideas que ni siquiera existían como concepto por entonces, señala.

Escobar cree que «la buena novela histórica es aquella que basándose en hechos reales es capaz de recrear el ambiente y la época» y hacer que el lector se vea imbuido en la historia. EFE (I)

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