Los líderes del G7 instaron hoy a Corea del Norte a «no llevar a cabo más acciones provocadoras o desestabilizadoras», y expresaron también su preocupación por la situación de los derechos humanos en el país asiático.
El G7 condenó «con la mayor firmeza» el ensayo nuclear realizado por Pyongyang en enero y los posteriores lanzamientos con tecnología de misiles balísticos, y recalcaron que estas acciones «suponen una grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales», en una declaración adoptada al término de la cumbre de Ise-Shima (Japón).
El Grupo de los Siete apeló a la «plena aplicación» de las últimas sanciones contra Corea del Norte adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y urgieron a este país a «resolver las preocupaciones de la comunidad internacional».
En el apartado de política de seguridad y de exteriores de su declaración conjunta, el G7 también expresa su «preocupación» sobre la situación en el Mar de China Meridional y en el Mar de China Oriental.
La declaración enfatiza la importancia de «resolver las disputas de forma pacífica», así como de «reforzar la seguridad marítima a través de la cooperación regional e internacional».
También destaca la importancia de evitar «acciones unilaterales que puedan incrementar las tensiones y el uso de la fuerza o la coerción para resolver disputas, recurriendo en su lugar a medios pacíficos como los procedimientos judiciales o de arbitraje».
Este punto ha sido aprobado en el contexto de la pujanza militar de Pekín en aguas próximas al gigante asiático, señalaron fuentes diplomáticas, aunque el documento final no incluye ninguna mención concreta a China ni a sus movimientos en la zona como la construcción de islas artificiales o plataformas de misiles.
Asimismo, el texto recalca la posición del G7 ante el conflicto en Ucrania, y afirma que éste «sólo puede resolverse por vías diplomáticas y respetando la legislación internacional».
El Grupo de los Siete «reitera su condena de la anexión ilegal de la península de Crimea por parte de Rusia, y subraya su política de no reconocimiento y de sanciones contra las partes implicadas».
En la misma línea, expresan su «preocupación por la continuada violencia (en Crimea) que vulnera el alto al fuego», y urgen a todas las partes a «dar pasos concretos que conduzcan a la total aplicación del Acuerdo de Minsk».
El G7, un grupo del que se excluyó a Moscú a raíz del conflicto originado por la anexión de Crimea a Rusia en marzo de 2014, también hace hincapié en que la duración de las sanciones adoptadas contra este país «dependerá de su aplicación total del Acuerdo de Minsk y del respeto hacia la soberanía de Ucrania». EFE (I)