Qué bueno, qué bueno, qué bueno que ya te vas, pero no sin antes responder

Sin embargo, me preocupa que se vaya. No quiero que me mal interprete amable lector, yo, al igual que miles de ecuatorianos, quiero que este gobierno ya llegue a su fin.  No obstante, de aquí no se pueden ir sin antes responder un par de preguntas.

El afán de Correa por irse a Bélgica es sospechoso.  Un presidente que está orgulloso del fruto de su trabajo y que quiere descansar, debería estar ansioso de preparar sus momentos de relax en una de las bellas costas de su patria, en la tranquilidad de los pueblos de la Sierra, dedicarse a admirar la belleza de las islas, o explorar la hipnotizante selva. Porque Ecuador lo tiene todo, me resulta extraño el presidente anuncie, con un año de anticipación, que se va a cruzar el charco por su tranquilidad.  ¿Qué opina usted? ¿Será tranquilidad o evasión de responsabilidades?

Como si nos fueran a convencer, en estas semanas, los verde-flex han tratado de informar por qué esta década es la Década Ganada. Sea por las hidroeléctricas que se van a vender, por las refinerías que costaron millonadas y no aparecen todavía, por las escuelas del milenio que el terremoto se llevó, por las carreteras de 16 millones de dólares por kilómetro, por el exceso de burocracia o por haber roto a una nación frágil, los AP’s están orgullosos y nos lo han hecho saber.  En cada despedida del presidente o mensaje de su aparente sucesor, Glas, nos quieren recordar lo mucho que han trabajado estos nueve años.  Y yo no lo niego, vagos no son, el punto es preguntarnos para quién trabajaron todo este tiempo. ¿Será que trabajaron para la patria o para su bolsillo? Pienso que usted ya sabe la respuesta.

Algunos ecuatorianos estamos con ganas de preguntar muchas cosas. Ahora, al parecer, nadie quiere responder porque no conviene pisarse la manguera entre bomberos, pero como todo llega a su fin, cuando el fin llegue, será la hora del interrogatorio.  Para eso y para asumir la responsabilidad que derive de las respuestas, los necesitamos aquí y no en Bélgica.  Que nadie se confunda, hacer preguntas no es persecución política, hacer preguntas es hacer preguntas. El punto es el siguiente, cuando llegue el fin de este mandato, la dinámica puede cambiar y quién haga las preguntas ya no tendrá todos los poderes. Lograr este idílico fin, depende de nuestra capacidad inquisitiva y sabemos que la tenemos.

Me imagino que llegue ese final que tanto esperamos y logremos tener una rendición de cuentas donde al expresidente se le conceda la palabra y no la domine, donde se le cuestione y no pueda expulsar a ningún curioso, donde se le pueda preguntar sin temor a ir preso o ser perseguido.  He escuchado a muchos ecuatorianos sentirse aliviados porque el Mashi ya se va, pero, por más que añoremos ese día, no podemos dejar que se vaya, no sin vivir ese añorado momento en el que le preguntemos al presidente y a sus discípulos cosas parecidas a las siguientes: ¿por qué después de la bonanza petrolera, después de una efectiva, excesiva y masiva recaudación tributaria, después de tanta deuda, después de el milagro ecuatoriano estamos en crisis? ¿Dónde está la bonanza? ¿Dónde está el oro del Banco Central? ¿Qué pasó con el IESS y los jubilados? ¿Por qué no revisamos el caso de Gabela? ¿En qué parte de su imaginario está la Refinería del Pacífico? ¿Y dónde está… la patria?

En este espacio, en redes sociales, en estos momentos y los que se vienen, quiero que usted me acompañe a cuestionar. Le invito a comenzar la lista de las preguntas que usted quiera hacer a los que nos han gobernado por tanto tiempo. Yo #MePregunto muchas cosas sobre este gobierno, ¿y usted?

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