¡Endeudados hasta las mismas!

“Lo primero es la vida, después la deuda”, proclamaba el revolucionario que entonces prometía cambio y justicia.

Una década y 300 mil millones de dólares después, resulta que lo primero ha sido la deuda. Y todo cambió para que nada cambie. Sumando la preventa petrolera, ya pasamos el 40% de endeudamiento que permite la ley. Hemos roto el récord de la deuda pública más alta de la historia. Y el mayor acreedor del Estado es el IESS: sí, los grandes financistas del correísmo no son los chinos —que no aceptan dinero electrónico—, sino los trabajadores afiliados al seguro social.

Las tasas de interés son dignas de chulquero. Esta semana el gobierno anunció nueva deuda por mil millones de dólares a 10,75% con menos de seis años plazo: la emisión de bonos más cara del mundo en su categoría. A la par que insiste en endeudarse 13.000 millones más para una Refinería del Pacífico en la que nadie quiere invertir y ya nos costó 1.200 millones (unas 250 escuelas del milenio) solo en movimiento de tierra, para orgullo del vicepresidente Jorge Glas. Todo mientras crece la otra deuda, la de los proveedores impagos, que según el gobierno ya alcanza el 2% de todo el producto interno bruto.

¿Quién paga los platos rotos por tanto exceso de un Rafael que se niega a ajustarse la Correa? El pueblo, por supuesto. Y por ello debemos unirnos para cambiar un modelo que nos endeudará a los hoy jóvenes hasta cuando seamos viejos, por un nuevo futuro de oportunidades para emprender y trabajar con dignidad.

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