Documentalista del éxodo de los cubanos ya prepara tercera entrega

"La selva traga", documental de la periodista Isabel Cuervo e Isván Basulto.

Miami (EEUU), (EFE).- «La selva traga», dice la periodista Isabel Cuervo e Isván Basulto, uno de los millares de cubanos que han tratado de llegar a EEUU por la peligrosa ruta que pasa por Centroamérica, lo corrobora desde Houston sin remordimientos por haber arriesgado las vidas de su esposa e hijo y la suya propia.

Es algo sobre lo que ya no se podrá pronunciar nunca Carmen Issel Navarro, quien trató de avanzar desde Colombia hacia el norte y yace para siempre en la selvática región panameña del Darién.

Cuervo es autora de dos documentales sobre el éxodo de los cubanos, «Cambio de ruta» (2014), ganador de un Emmy, y «Migración en tiempos de transición» (2016), y ya prepara un tercero que se llamará «Un año después… el futuro», según adelantó a Efe en Miami, donde reside.

«El fenómeno sigue creciendo. La emigración cubana en 2015 creció en un 77 % ciento en comparación con 2014. Eso es gravísimo», argumenta la documentalista.

Según las cifras que maneja Isabel Cuervo, en 2014 emigraron 24.000 cubanos y en 2015, el doble.

El abogado cubano-estadounidense especializado en inmigración Willy Allen calcula que en los últimos diez años casi medio millón de sus compatriotas ha entrado a los Estados Unidos y se ha quedado.

La cifra es llamativa si se relaciona con la cantidad de habitantes dentro de la isla, que ronda los 11 millones y medio.

Cuervo, periodista del equipo de Televisión Martí, empezó su proyecto como documentalista a raíz de un reportaje que tomaba a Ecuador como puerta de entrada de cubanos a EE.UU., ya que hasta el 1 de diciembre de 2015 no les exigía visado.

Los reportes de recién llegados a EE.UU. no cuadraban con las cifras de los que ingresaban a territorio ecuatoriano y la razón era que los cubanos no llegaban a Ecuador para quedarse sino que seguían una larga travesía a través de por lo menos cinco países sur y centroamericanos.

«Fue un documental bien complejo de realizar. Primero que todo, las posibles fuentes no querían hablar. Hay que tener en cuenta que estos emigrantes vienen de forma ilegal. Además, no querían que se diera a conocer la ruta», explica Isabel.

Tardó meses en lograr una fuente dentro del hotel Carrión en Quito, donde estaban recluidos más de un centenar de cubanos. Fue uno de ellos, Ernesto Ferrer Laffita, quien después fue deportado a Cuba, quien le contó del camino que desde Ecuador seguía a Colombia.

En el municipio colombiano de Turbo, fronterizo con Panamá, llegó a haber miles de cubanos varados. Muchos fueron deportados y otros prefirieron adentrarse en la selva antes que volver a la isla.

«La selva traga; es brutal», asegura Isabel. «Se trata de un absoluto desconocimiento de esos cubanos desesperados por dejar atrás su país», comenta.

El primer documental de Cuervo se adelantó en el tiempo al conflicto que hubo con miles de estos migrantes cuando Nicaragua cerró el paso y se quedaron estancados en Costa Rica, en 2015, y al anuncio del deshielo entre Cuba y EE.UU., a fines de 2014, que ha traído consigo un nuevo éxodo masivo de cubanos.

En enero pasado, viendo que las cifras de emigrantes cubanos continuaban creciendo, Isabel Cuervo presentó una segunda parte del proyecto, en la que se analiza en términos generales qué ha pasado después del anuncio de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Prácticamente por las mismas fechas Isván Basulto Sánchez, un licenciado en Cultura Física que, según sus palabras, escapó de Cuba vía Ecuador para proveer de un futuro mejor a su hijo de 10 años, llegó a Estados Unidos luego de permanecer 45 días en Panamá.

Como parte de un plan extraordinario del Gobierno panameño por la crisis de migrantes cubanos, consiguió un vuelo directo a México, para luego cruzar la frontera. Ahora vive en Houston, Texas, y trabaja en una fábrica.

«Aunque no me arrepiento en lo más mínimo de empujar a mi esposa e hijo a esta peligrosa aventura, recomiendo a los cubanos que se lo piensen muy bien, sobre todo si viajan con menores, porque el peligro en el camino es real», asegura Basulto en una conversación telefónica con Efe.

Menos suerte que Basulto tuvo Carmen Issel Navarro Olazabal, de 49 años, quien pasó como él por Ecuador y Colombia y murió extenuada el pasado 20 de agosto en el intento de cruzar la selva del Darién junto a una veintena de sus compatriotas.

Su cadáver fue sepultado en un sitio conocido como La Turquesa, con la ayuda de unos indígenas, según la web Martí Noticias. EFE (I)

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