Piedad Bonnett: «A mí la poesía me ha salvado la vida»

Piedad Bonnett, escritora colombiana.

Madrid, (EFE).- «A mí la poesía me ha salvado la vida». Así de contundente se muestra la escritora colombiana Piedad Bonnett, quien tras un paréntesis, muda de dolor por el suicidio de su hijo, ha terminado un nuevo poemario, «Los encerrados», y publica por primera vez su poesía reunida en un solo volumen.

«Piedad Bonnett. Poesía reunida» es el volumen que publica ahora Lumen en España y Latinoamérica y que reúne una obra que comenzó en 1989 con la aparición de «De Círculo y ceniza» y que incluye títulos como «Tretas del débil» (2004) y «Explicaciones no pedidas», el libro con el que se alzó, en 2011, con el Premio Casa de América de Poesía.

Unos libros que también constituyen la biografía vital de Piedad Bonnett (Amalfi, Antioquia, 1951).

«Ahora que he leído y revisado todo el material, lo veo como una cronología de mi vida, porque la vida y la poesía van unidas. Me veo a través de los poemas más desnuda ante los lectores, aunque conocerán cosas pero otras, no. Veo como he ido transformando mi voz y mi vida», explica a Efe la poeta, dramaturga, novelista y ensayista colombiana que ha sido una de las estrellas del Festival de Poesía de Madrid (Poemad).

Bonnett tuvo una fecha que marcó un antes y un después en su vida. El 13 de mayo de 2011 obtuvo el Premio Casa de América de Poesía. Y un día después su hijo, en una crisis mental, se había tirado por la ventana.

Meses después escribió «Lo que no tiene nombre», una narración en la que intentaba explicarse lo que había pasado y que comenzaba con la llegada, junto a su marido y sus dos hijas, al apartamento de su hijo, desde el que se tiró por la ventana, en Nueva York.

El dolor ya había hecho nido en su entrañas para siempre y la palabra en prosa la sirvió de consuelo, pero enmudeció poéticamente «porque el dolor era tan profundo que no podía salir así como una explosión», aclara. Tenía que pasar un tiempo para que pudiera decirse y ahora ya tengo un libro nuevo que publicará la editorial Visor y que se llamará «Los habitados».

«Un libro que trata sobre el tema del duelo -continúa- y de los encerrados en un hospital mental. Metiéndome en la piel de los enfermos. Cualquiera puede conjeturar sobre el horror del encierro y de las personas que están dentro, pero hay personas que, a pesar del monstruo que llevan dentro, pueden sanar. Completo el libro con algunos poemas sobre Daniel» (su hijo).

Pero antes de que este poemario llegue y de que salga también una nueva novela de la autora, los lectores pueden saborear toda la poesía de Bonnet en este volumen. En él está el amor, el dolor, la infancia, la dificultad de las relaciones humanas, el compromiso social o la guerra y el terrorismo en Colombia.

Y una voz poética que ha ido depurándose y limpiando todo lo innecesario para quedarse con los esencial. «Me veo más transparente, cruda y desnuda», subraya la poeta que encuentra en sus poemas ecos de autores como Wislawa Szymborska, Philip Larkin o su admirada Blanca Varela. Pero también de prosistas como Proust, Nabokov o John Banville.

Bonnet dice que ve la poesía como «una síntesis ajena al lenguaje que nos es habitual, que nace de otro lugar, de donde se junta la intuición del lenguaje del mundo, con el pensamiento, el conocimiento y la memoria», añade.

La poeta volverá a su país tras su paso por España, pero dice que se encuentra «abatida», tras el ‘no’ dado en el referéndum al proceso de paz firmado entre el Gobierno y las FARC.

«Estamos abatidos porque perdimos y no supimos ver lo que estaba pasando, incluyo a los periodistas, intelectuales o académicos», señala.

«No supimos ver a una parte del país que está seducida por Uribe. Las iglesias católicas también hicieron una labor de desinformación importante y ahora estamos en este ‘intering’ provisional. Atentos y esperanzados, pero hay una derecha de terratenientes muy intransigente que arroja mucha oscuridad al país», concluye la autora. EFE (I)

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