Santos garantiza que se avanza en la implementación de la paz con las FARC

El Preisdente Juan Manuel Santos, la noche del 12 de noviembre de 2016. Foto de la Presidencia de Colombia.

La implementación del acuerdo de paz de Colombia avanza a pesar de las dificultades logísticas que supone organizar a miles de guerrilleros de las FARC por todo el país para su desmovilización, aseguró hoy el presidente Juan Manuel Santos en una visita que hizo a Mesetas, departamento del Meta.

«A pesar de dificultades que son propias de procesos tan complejos, esos trabajos avanzan», dijo Santos tras recorrer la sede de la Misión de Monitoreo y Verficación (MM&V) del alto el fuego situada en la zona veredal transitoria de normalización en La Guajira, una planicie en medio de la nada que hace parte del municipio de Mesetas, en el departamento del Meta (centro).

En ese punto, que es el más grande de los 26 lugares en los que se reunirán los guerrilleros como paso previo para dejar las armas y su desmovilización, Santos afirmó que los retrasos logísticos que impidieron la llegada de los miembros de las FARC a los campamentos en los plazos inicialmente previstos no deben alterar el periodo de 180 días para su dejación de armas y desmovilización.

«Me han preguntado también si se va a retrasar el cronograma (…) Vamos a tratar de cumplir el cronograma de dejación de armas, eso es una decisión que tomamos las dos partes», aseguró después de reunirse con alcaldes y líderes comunales de Mesetas, Vista Hermosa y Uribe para escuchar sus planteamientos y visiones del proceso de paz con las FARC.

Esos tres municipios, junto con La Macarena y San Vicente del Caguán, este último en el vecino departamento del Caquetá, hicieron parte de la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados en la que entre 1998 y 2002 el presidente de entonces, Andrés Pastrana, negoció sin éxito con las FARC.

La zona veredal de Mesetas, que albergará 720 guerrilleros, es decir más del 10 % de los cerca de 6.500 que tienen en sus filas las FARC, es una de las ocho en las que las obras están más adelantadas, destacó el presidente.

Santos reconoció que «sí ha habido retrasos, sí ha habido problemas» porque se trata de «una operación logística muy compleja», pero todos «se están resolviendo para poder despejar el camino» hacia la paz.

«Los ojos del país y del mundo están puestos en este momento, que es un momento esperanzador», dijo en una declaración después de visitar la sede de la MM&V, donde ya opera una avanzada de este mecanismo tripartito compuesto por observadores de la ONU y representantes del Gobierno y de las FARC.

Los observadores de la ONU son todos extranjeros, como el subteniente de la Armada española Juan Carlos Bertalo, oriundo de La Coruña, quien dijo a Efe que desde el 10 de diciembre, día en que llegó a la sede de Mesetas, se ha sentido «muy bien».

El presidente, que estuvo acompañado por su canciller, María Ángela Holguín; el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, y el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, entre otros funcionarios, dijo que también se reunió con miembros del Secretariado, máximo órgano de dirección de las FARC, con quienes «se tomaron decisiones importantes» para acelerar las obras.

Con datos en la mano, Santos refutó «la desinformación» sobre lo que cuesta la alimentación de los guerrilleros, así como las versiones sobre alimentos descompuestos y desatención en salud que las mismas FARC han divulgado en días anteriores.

El jefe de Estado explicó que cada uno de los 26 lugares donde se reunirán los guerrilleros tiene una extensión media de 11 kilómetros cuadrados, y que todas esas zonas juntas no suman más de 300 kilómetros cuadrados, casi nada en comparación con los 42.000 que tuvo la zona de El Caguán en el proceso de paz anterior.

La visita del mandatario a Mesetas se dio en momentos en que las zonas transitorias para las FARC son motivo de polémica en el país no solo por los atrasos en las obras sino por el incidente con tres observadores internacionales de la ONU que fueron grabados bailando con guerrilleras durante una fiesta de Año Nuevo.

Para zanjar la polémica por este incidente que ocurrió en un punto de pre-agrupamiento de las FARC en Conejo, en el departamento caribeño de La Guajira, la Misión de la ONU en Colombia anunció hoy la separación de su servicio de «tres observadores presentes en la ocasión y a su supervisor directo».

Santos no se refirió a este problema, pero las FARC dijeron en un comunicado que retirarán a sus integrantes del Mecanismo de Monitoreo y Verificación de Conejo «hasta tanto la ONU no clarifique el despido de su personal». EFE (I)

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