Campañas con reality, nueva forma de hacer política en EEUU

Foto nytimes

NUEVA YORK (AP) — Donald Trump comprobó que uno puede usar la fama de los reality shows de televisión para llegar a la Casa Blanca. El congresista Anthony Weiner probó que tener un equipo de cineastas a su alrededor también puede empeorar la vergüenza de un debacle político.

Ahora, un joven republicano está siguiéndole los pasos al permitir que un equipo de cineastas lo sigan todo el tiempo mientras sopesa si se postulará este año como alcalde de la ciudad que Nueva York, para desbancar al demócrata Bill de Blasio.

El concejal Eric Ulrich, de 31 años, quien favorece el derecho al aborto y matrimonio gay, todavía no ha dicho si es que se postulará. De hacerlo, sería una contienda cuesta arriba para él, en un terreno mayormente demócrata.

El programa —sin guion y que graba las actividades en la vida diaria del político— probablemente saldrá al aire antes del día de elección, el 7 de noviembre de 2017, si es que es seleccionado a tiempo por una cadena televisiva.

La empresa que realiza el programa —Left/Right, con sede en Nueva York y que produjo «Mob Wives» para VH1 y otros programas para Showtime, AMC y el History Channel— sigue ofreciendo el producto.

«Es un buen truco, pero estamos en un nuevo mundo de comunicación: mire a Trump», dijo el analista político Mickey Carroll, director del Quinnipiac University Polling Institute. «El punto básico es: la atención es buena para los políticos».

Ulrich está en su segundo mandato como representante de partes del distrito de Queens, en Nueva York. Es uno de solo tres republicanos de un total de 51 concejales de la ciudad. En 2014, en contra de la oposición de de Blasio, presentó una propuesta para crear el departamento municipal de Servicios para Veteranos.

Este mes, Brad Trackman y Johnny Russo, productores de Left/Right, filmaron las actividades de Ulrich durante dos días para un «demo», que las cadenas televisivas pueden ver para ver si compran el programa.

Carroll, de Quinnipiac, dice que tales documentales son parte de un mundo que está cambiando notablemente, diferente de cuando los medios noticiosos y las entidades políticas daban lo que él llama información «compartimentada y bien arreglada» sobre candidatos.

«¿Ahora? Olvídalo. La gente hace sus propias reglas. Están por todas partes y más vale que uno se vaya acostumbrando», dijo Carroll, destacando que el éxito se mide por la cantidad de visitas en redes sociales.

Sin embargo, los documentales de campañas tienen doble filo: han sido vinculados tanto a victorias como a derrotas.

La postulación en 2002 de Cory Booker a la alcaldía de Newark, New Jersey, en contra de Sharpe James, fue captada en la cinta nominada al Oscar «Street Fight», de 2005. La gente no olvidó las escenas mordaces de política cruda del filme durante la elección de 2013, cuando se postuló y ganó un puesto en el Senado federal.

Ese mismo año en Nueva York, una cámara captó las actividades de Weiner, un demócrata, mientras estaba de campaña a la alcaldía. El documental captó, con profundos detalles personales, el bochornoso fin de su carrera política tras tuitear una serie de mensajes lascivos a mujeres.

El analista político y demócrata Doug Muzzio dijo que un reality puede ser una herramienta efectiva de campaña.

«Creo que si se hace bien, puede mostrar a un candidato en momentos que no está a la defensiva», dijo. «Podría darte una idea de su personalidad. Cuenta una historia y destaca la personalidad de una manera que ningún otro medio puede hacerlo».

La esposa de Ulrich y su hija de cuatro años podrían aparecer ante las cámaras en el área conservadora que representa Ulrich, en Queens.

«Eric es un tipo entero, pero no lo puedo ver como un candidato formidable a la alcaldía», dijo Muzzio, quien lo conoce desde Baruch College, donde él enseña y donde el concejal se graduó de postgrado.

Ulrich no apoyó a Trump, quien también nació en Queens, pero Carroll dijo que la victoria de Trump muestra que cualquier cosa puede ocurrir, especialmente en Nueva York.

«Estoy tratando de recordar cuándo fue que los cálculos normales se aplicaron en Nueva York», dijo Carroll, haciendo una mueca. «Cada cosa que ha ocurrido aquí».

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