SAN PETERSBURGO, Rusia (AP) — Más de 2.000 personas protestaron el sábado en San Petersburgo contra la intención de las autoridades de la ciudad de entregar una prominente catedral a la Iglesia Ortodoxa Rusa en medio de una controversia cada vez más encendida en torno a la relación entre la Iglesia y el Estado.
«No entregaremos San Isaac a la iglesia. Queremos preservarla como museo», dijo el legislador local Boris Vishnevsky ante manifestantes en el centro de San Petersburgo.
«La Catedral de San Isaac es parte de nuestra herencia cultural. Hay muchas exposiciones valiosas que necesitan la labor de especialistas en museos. La Iglesia Ortodoxa Rusa carece de esos especialistas», dijo la doctora Irina Azbel, de 43 años, que participaba en la protesta.
La movilización fue considerablemente mayor a otra en la que participaron centenares de personas a principios de mes.
Poco más de 10 personas efectuaron una contraprotesta en el mismo lugar en apoyo a los planes de la ciudad. «La devolución de la catedral a la iglesia es un regreso a nuestras raíces nacionales», dijo la profesora Yelena Semyonova, de 52 años.
El anuncio efectuado a principios de mes de que la catedral de estilo neoclásico de San Isaac sería puesta bajo la propiedad de la Iglesia Ortodoxa suscitó severas críticas de los habitantes.
La catedral funciona como museo en la actualidad. Más de 200.000 personas firmaron una petición en internet en la que exhortan a las autoridades a reconsiderar la decisión.
Personalidades culturales, como el director del Museo del Hermitage, de San Petersburgo, un sitio de fama mundial, han censurado la decisión.
Los oradores en la protesta del sábado dijeron que la movilización fue la primera etapa de una campaña civil dirigida a preservar que el Estado mantenga bajo su control la catedral de San Isaac.
La catedral, uno de los sitios turísticos más visitas en la antigua capital imperial de Rusia, es un museo desde 1917.
Algunos expertos han manifestado preocupación de que si el lugar pasa a propiedad de la Iglesia Ortodoxa esta descuide las piezas en exhibición, entre ellas un raro péndulo de Foucault.
La devolución de la catedral es vista como un indicio del aumento del poder de la Iglesia Ortodoxa y parte de una tendencia al conservadurismo social en Rusia, donde el presidente Vladimir Putin ha hecho exhortos a que se observen los valores tradicionales a fin de reforzar su control sobre la sociedad, en oposición al liberalismo Occidental.