La Paz, 24 feb (EFE).- Las autoridades bolivianas realizaron hoy rituales ancestrales para agradecer a la «Pachamama» (Madre Tierra) por los bienes otorgados el año anterior y pedirle bendiciones para esta gestión, dentro de los festejos del carnaval que se prolongarán hasta el próximo martes.
El vicepresidente del país, Álvaro García Linera, los ministros y parlamentarios oficialistas asistieron esta tarde a la «ch’alla» del Palacio de Gobierno, donde una decena de «amautas» (sacerdotes aimaras) preparó un altar con una ofrenda que fue entregada a la Madre Tierra.
Estaba previsto que el presidente Evo Morales también participe en ese evento, pero García Linera indicó que «ya no nos pudo acompañar aquí en Palacio» porque, según dijo, las «fuerzas» ya no le alcanzaron, sin dar mayores explicaciones al respecto.
Más temprano, Morales sí asistió con García Linera a la «ch’alla» del hangar presidencial y de los aviones en los que ambos suelen viajar dentro y fuera del país, un acto que se desarrolló en el aeropuerto de la ciudad de El Alto, que también sirve a La Paz.
En las últimas semanas, el mandatario ha estado afectado por un problema en la garganta.
La «ch’alla» es una tradición boliviana en la que se ofrecen tributos a la Madre Tierra para agradecer los bienes recibidos durante el año y pedir nuevos privilegios en los meses venideros.
Los bolivianos cumplen con esta tradición el martes de carnaval, pero como ese día es festivo, las oficinas estatales y privadas suelen adelantarla al viernes.
Al entregar la ofrenda en el Palacio de Gobierno, García Linera destacó que el carnaval «es una fiesta del pueblo» y que el Ejecutivo acompaña estas festividades porque «también es parte del pueblo y es respetuoso de las creencias y del espíritu del pueblo».
«Vengo a agradecer a la Pachamama por la cosecha que ha de darnos este año, por la vida que ha de brindarnos (…) Con respeto y humildad agradecemos todo lo que nos ha dado y le pedimos que no nos abandone, que nos permita alimentarnos, organizarnos, vivir en comunidad y en familia», agregó.
Tras los rituales, la fiesta se trasladó a las puertas del Palacio de Gobierno, donde fueron montados dos escenarios para que autoridades y legisladores contemplen un desfile de comparsas de empleados estatales, quienes se disfrazaron y bailaron al ritmo de alegres tonadas típicas del carnaval boliviano.
Las nueve regiones bolivianas celebrarán el carnaval con desfiles de disfraces y bailes típicos que se extenderán hasta el próximo martes, pero la fiesta mayor del folclore de Bolivia se vivirá este sábado en Oruro (oeste), a 3.700 metros de altitud.
Se trata del Carnaval de Oruro, declarado en 2001 Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura. EFE