La ONU comprueba que las fuerzas sirias atacaron a civiles con gas cloro

Esta foto sin fecha publicado por el Centro de Medios Raqqa, un grupo de la oposición siria, el Lunes, 30 de junio 2014, que ha sido verificado y es consistente con otros informes de AP, muestra combatientes de al-Qaida vinculados Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) durante un desfile en Raqqa, Siria.(Foto AP / Raqqa Media Center)

Las fuerzas áreas sirias lanzaron ataques aéreos con bombas de gas cloro contra la parte oriental de Alepo durante el periodo en el que esta zona estuvo asediada, mostrando una indiferencia absoluta a las consecuencias sobre los civiles, lo que representa un crimen de guerra, dijo hoy la ONU.

«El uso continuado de gas cloro por parte de las fuerzas sirias demuestra una clamorosa indiferencia por sus obligaciones legales internacionales y también equivale a un crimen de guerra por ataques indiscriminados contra la población civil», según un informe de la comisión de la ONU que investiga los crímenes en Siria.

En las investigaciones no pudo reunirse evidencia de la participación militar de Rusia en ataques con esa o cualquier otra arma química.

La comisión autora del informe recibió el pasado octubre el encargo de investigar y documentar los crímenes que estaban ocurriendo específicamente en el este de Alepo, que entró en situación de asedio total a mediados del pasado julio hasta su caída y evacuación de los rebeldes y sus familias a finales de diciembre.

El informe obtenido indica que el gas cloro no fue el único agente tóxico utilizado, pero si el más frecuente, con al menos seis casos en los que se han reunido pruebas suficientes, además de otros en los que se utilizaron armas químicas improvisadas con otros productos, como amoniaco.

En otro ámbito, la comisión ofrece evidencia de que las fuerzas áreas sirias o rusas hicieron en el este de Alepo un uso generalizado de bombas de racimo, un arma prohibida internacionalmente por sus efectos indiscriminados.

Esa utilización constituye un crimen de guerra en vista de los cintos y hasta miles de miniproyectiles que cada una de esas bombas liberó en zonas residenciales.

La investigación no pudo reunir pruebas concluyentes de que los aviones rusos atacaron con bombas de racimo debido que las fuerzas áreas de Siria y Rusia utilizan predominantemente el mismo tipo de aviones y municiones.

Esto hace que la atribución del acto a veces sea imposible, aunque lo que si se comprobó es que a partir de septiembre el número de estos incidentes aumento de manera alarmante.

Además de víctimas directas de ataques con bombas de racimo y de testigos, la comisión ha recolectado abundante material visual que muestra los remanentes de estas armas, de las que no sólo se usó su versión convencional, sino también las de tipo incendiarias.

Otro episodio que se aborda en el informe es el del ataque contra un convoy humanitario el pasado 19 de septiembre, en el que se ofrecen pruebas de que fue obra de las fuerzas gubernamentales sirias, que cometieron con ello otro crimen de guerra.

«Al utilizar municiones lanzadas desde el aire, sabiendo que había trabajadores humanitarios operando en el lugar, las fuerzas sirias han cometido un crimen de guerra al atacar deliberadamente personal de ayuda, negar la asistencia humanitaria y atacar a los civiles», señala el informe.

Catorce humanitarios murieron y quince fueron heridos en ese ataque, que el régimen sirio negó repetidamente, alegando que habían sido perpetrados por artillería terrestre y acusando a los rebeldes de ser los responsables. EFE

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