De narcovalijas y narcoavionetas

Aunque no fue el primer ni único caso relacionado con Europa, el descubrimiento en enero del 2012 de la valija diplomática enviada por la Cancillería ecuatoriana a Italia, conocido como el Caso Narcovalija, fue sin duda el más escandaloso. Fueron 40 kilos de cocaína líquida que se introdujeron de manera misteriosa en una valija con sellos diplomáticos de la Cancillería ecuatoriana con destino a Milán, utilizando jarros con logotipos de una obra teatral infantil. Este caso se ha caracterizado porque los únicos presos –y con una década más de condena por delante- están en las cárceles de alta seguridad de Milán, tres en la de Opera y el productor teatral en la de Bollate.  Registros de la corte de Milán dan cuenta de que el juez del caso no consideró las dos denuncias notarizadas y apostilladas realizadas por el productor teatral Christian Loor antes del envío de la narcovalija (diciembre de 2011) en la Comisaría de Montecristi, Manabí, en las que declaró estar siendo amenazado para prestarse a realizar tal envío.  Extrañamente, los funcionarios de la Embajada del Ecuador en Milán no fueron vinculados. En Ecuador quedaron desestimadas las denuncias de presuntos nexos con la hermana del presidente. Ella dijo a la prensa que “no le pide el récord policial a las personas con las que se reúne».  En mayo del 2015 el Fiscal correísta Galo Chiriboga desestimó relación alguna del entonces Canciller Ricardo Patiño con este caso. El 3 de septiembre del mismo año, Jean Paul Flores, el primer involucrado en ser liberado tras cumplir su sentencia en Milán, fue baleado a su regreso al Ecuador.

Este caso tuvo similitudes con el operativo Resurgir, otro envío de drogas desde el Ecuador hacia España en el 2011. De acuerdo a los Mossos d’Esquadra, la policía catalana, en su investigación iniciada el 30 de junio del 2010, identificaron a un grupo de ecuatorianos que buscaba introducir una tonelada de cocaína en su país y que recibieron 500 mil euros de un cartel mexicano.  Iniciaron una investigación judicial por introducción de droga, lavado de activos y valijas diplomáticas. Con la intervención de los teléfonos de dos ciudadanos esmeraldeños radicados en Barcelona se conoce que “hay alguien implicado del Consulado ecuatoriano”, quien resultaría ser Marco Chávez Vallejo, cuya hoja de vida consta como “Tesorero Único General para Europa de la Campaña Electoral para Asambleístas del Partido del Presidente Rafael Correa” y ex Jefe Zonal del Consep, Antinarcóticos, en Esmeraldas. Otro protagonista fue Eduardo Cedeño Cortez, quien habría ofrecido al cartel mexicano la apreciada facilidad de la valija diplomática para el transporte de grandes sumas de dinero gracias a sus contactos en la Embajada del Ecuador en España.

El operativo Resurgir no estaría muy distante del caso del avión que transportó 3.7 toneladas de clorhidrato de cocaína desde el aeropuerto de Tachina, Esmeraldas,  y decomisado en el aeropuerto de Toluca, México, en octubre del 2007. El piloto de la nave Gulfstream II  Jorge Arévalo Kessler habría manifestado que dos ecuatorianos los ayudaron a conseguir un permiso especial para ir a su destino, y efectivamente los consiguieron de la Aviación Civil del Ecuador.  El avión fue aprehendido junto a su tripulación en México. En ese entonces ya se presumía que la droga pertenecía a los hermanos Ostaiza, vinculados al exsubsecretario de la Política del régimen, José Ignacio Chauvin.

El caso con mayor estelaridad fue el de los tres aviones confiscados por la DEA en el aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos, ocurrido el 29 de julio del 2014. Se trataba de un Gulfstream III de matrícula norteamericana y dos avionetas Cessna, pertenecientes a la compañía con sede en Fort Lauderdale Skyjet Elite Corp., cuyo presidente es el ecuatoriano Juan Pablo Larrea Cruz, hermano menor del ex director de la aeronáutica civil del Ecuador. El hecho fue revelado por el prestigioso periodista investigativo Gerardo Reyes en Univisión Miami. La respuesta furiosa y evasiva de los ecuatorianos se dio el 5 de agosto y a pesar de que el presidente Correa tomara públicamente partido del lado de los empresarios ecuatorianos que amenazaron con demandar a todos los que habían replicado la noticia publicada en Univisión, a la fecha los aviones ya habrían sido subastados por el Departamento del Tesoro en un proceso llamado “seizures and forfeitures” lo que tres años después del escándalo no dejaría dudas de que el proceder de la DEA estuvo justificado.

Apenas cuatro meses después de decomisar estos 3 aviones, la DEA aprehendió en el mismo aeropuerto de Fort Lauderdale otro avión ejecutivo Gulfstream II, utilizado para traficar droga desde Venezuela hacia el Sur de la Florida. Tres detenidos, entre ellos un ecuatoriano, confesaron ser culpables de conspirar para traficar cocaína valorada en $6,5 millones de dólares para una banda originada en Ecuador, por lo que guardarían 10 años de prisión.  El presunto líder de la banda sería el ecuatoriano Robinzon Arroyo Yépez, quien habría estado armando el esquema de lavado de dinero en cuentas bancarias estadounidenses desde octubre del 2013.

Sobre este operativo registrado en vídeo por la DEA y reportado por el diario Sun Sentinel no hubo pronunciamiento ni intervención al más alto nivel oficial del Ecuador, como sucedió en el caso de la tripulación ecuatoriana de la empresa de aviación ecuatoriana SAEREO, apresada en Guatemala en agosto del 2012. El entonces presidente guatemalteco Otto Pérez Molina, hoy en prisión, ha dicho que el motivo por el cual el presidente ecuatoriano lo visitó sorpresivamente en la cárcel el 14 de enero del 2016 durante su asistencia a la posesión del nuevo presidente Jimmy Morales, se debía al caso de los cinco ecuatorianos detenidos en Guatemala en agosto del 2012 con 405 kilos de cocaína, embarcada en 16 maletas con café y perfume, y valorada en 5 millones de dólares. El presidente Correa abanderó la defensa de la tripulación ecuatoriana y lo convirtió en un exitoso asunto de estado, retrata una investigación de Plan V.  La tripulación ecuatoriana fue liberada seis meses después.

Si la Comisión Internacional Contra la Impunidad (ONU), que actualmente investiga la corrupción en Guatemala (CICIG), llegase a actuar en Ecuador podría examinar los nexos entre los dos países, comenzando por la embajadora de Guatemala en Ecuador, Irma Rebeca Monzón, nombrada en 2013 por Otto Pérez Molina.  Monzón es hermana del secretario privado de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti. Infortunadamente, él se encuentra colaborando con la CICIG por haber sido el operador de los negocios de la corrupción de Pérez Molina y Baldetti. Este 24 de febrero los Estados Unidos solicitaron la extradición de Baldetti por narcotráfico.

El vibrante negocio caracterizado por el uso de valijas diplomáticas y aviones deja ver que nuestro país dio el gran salto del simple tránsito a la distribución y el lavado en el crimen organizado internacional. Si Joaquín el “Chapo” Guzmán declara en Nueva York por qué afirmó en 2012 que “el Cartel de Sinaloa manda en Ecuador”  y si Baldetti es extraditada, la Justicia americana podrá armar el ”árbol genealógico” del narcotráfico en el país.

Para entonces sabremos si es que proteger a pájaros de alto vuelo ha sido, o no, un asunto de Estado.

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