Cómo prevenir la conjuntivitis y cómo tratarla

La conjuntiva es una membrana mucosa transparente que cubre el globo ocular. Cuando se inflama, el ojo se pone de color rojo, y se conoce médicamente como conjuntivitis. No siempre es infecciosa, es decir, que no siempre se adquiere por contagio. Hay distintos tipos y cada una tiene distintas causas.

Irritativa

Es la conjuntivitis más frecuente. Se produce porque exponemos al ojo durante un tiempo prolongado a, por ejemplo, el agua de una pileta con cloro, el sol o el viento. Este tipo de conjuntivitis provocan, como su nombre lo indica, que el ojo esté rojo e irritado.

 

Bacteriana o viral

Estos dos tipos de conjuntivitis van enlazadas porque las vías de contagio son las mismas. Puede ser llevarse las manos sucias al ojo, nadar en una pileta contaminada, o bien probarse un anteojo en la calle que había sido probado anteriormente por alguien con conjuntivitis. En síntesis, si bien algunas pueden tener correlación u origen en un cuadro de tipo gripal, habitualmente se producen por contacto directo con el ojo.

Estas conjuntivitis tienen cierto período de incubación, que va entre uno y dos días generalmente, y puede llegar hasta doce días en el caso de la viral.

La duración de las bacterianas varía, ya que si bien en promedio duran entre cinco y siete días, hay algunas que duran más, no es algo estricto. Las virales son peores, ya que duran entre 25 días y un mes.

Cómo evitar el contagio

No refregarse los ojos. Es el factor que más predispone a contagiarse una conjuntivitis.

Evitar compartir gotas de ojos, ya que el que te la presta puede haber tenido conjuntivitis y compartís las bacterias.

Evitar compartir almohadas, sobre todo cuando convivís con chicos pequeños. Cuando los padres están con conjuntivitis se aconseja que guarden la almohada en el placard porque los chicos siempre se tiran en la cama.

No compartir la toalla del baño.

Otro aspecto muy importante es la conciencia social. Si estoy con conjuntivitis no ir a la pileta o no volver antes de lo aconsejado a trabajar, ya que contagiamos al resto. El mismo consejo va dirigido para aquellos que son padres y que quieren enviar en forma apurada a sus chicos al colegio.

Un pedido habitual en las consultas es “quiero una gotita para prevenir el contagio”, pero esto no es posible, ya que las causas son diversas e incluso en las infecciosas la prevención es con higiene y no con gotas.

También recurrentemente aclaramos que hay veces en las que el ojo está irritado pero no es una conjuntivitis. Por ejemplo, si estuviste en una piscina con agua que tenía cloro, luego expuesto al sol y al viento porque estabas al aire libre, es probable que tu ojo se pueda haber irritado, y al final del día lo notes rojo y sientas ardor, pero es simplemente una irritación transitoria producto de la agresión que sufrió el ojo durante todo el día.

Tratamiento

La mayoría de las conjuntivitis son autolimitadas, por ejemplo, la alérgica desaparece al eliminar el alérgeno. Lo que hace el oftalmólogo es tratar los síntomas o las complicaciones que puedan llegar a aparecer.

La medicación es para tratar de acelerar los procesos en el caso de la bacteriana, o bien para aliviar los síntomas en el caso de la viral. Pero es tan relativo que incluso en esta última, que es la más agresiva, se puede charlar con el paciente para que únicamente se ponga frío en los párpados dos veces por día, se limpie las secreciones y, si no aparece ninguna complicación, podría ser el único tratamiento.

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