Gamavisión y el Chapter 11

En la última década grandes empresas han utilizado el Chapter 11 para reorganizarse y mantenerse en el mercado, la última aerolínea que lo utilizó fue American Airlines y hoy es una empresa solvente.

Las últimas semanas trascendió la noticia de la disolución y en consecuencia liquidación de la compañía Televisión del Pacífico Teledos que opera el negocio de Gamavisión. El caso Gamavisión por ahora solo se ha analizado desde la lupa del Derecho Societario dejando a un lado el papel fundamental que puede tener el Derecho Concursal. Desde el análisis societario se piensa que la única solución es inyectar capital a la empresa o su quiebra será inevitable. La regla capitaliza o disuelve es seriamente criticada por la doctrina más autorizada por ser ineficiente.

Lo más deseable para la economía sería mantener una empresa insolvente, como Gamavisión, solo si ésta es económicamente viable y su valor en funcionamiento es mayor que su valor en liquidación. Es decir, se mantiene en el mercado a Gamavisión no por una función conservativa, sino porque hacerlo es lo más eficiente para el sistema.

El quid de la cuestión es analizar si una empresa sobreendeudada como Gamavisión, sigue generando ingresos positivos, sigue generando valor. Si es que sigue generando ingresos positivos su problema no es estructural sino financiero y lo último se puede solucionar y así la empresa va a tener mayor valor en funcionamiento que en liquidación. El resto de las empresas (no viables financieramente) no pueden ni deben esperar “una magia especial”, éstas deben de morir en el mercado y trasladar esos activos a una unidad que sea productiva y así se beneficie a todo el sistema.

En conclusión, el Estado debe de dotar de mejores herramientas para que el deudor en crisis que sea viable financieramente pueda reestructurarse y mantenerse en el mercado. En el caso que Gamavisión sea viable financieramente debería hacer uso de los mecanismos actuales que ofrece la legislación Concursal y así negociar con sus acreedores. No debemos olvidar que el interés es el de mantener a las empresas viables, que éstas sigan generando valor, sigan aportando a la economía y de esta manera se proteja el crédito y el empleo.

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