La Haya, 18 abr (EFE).- Londres denunció hoy una «conducta temeraria» de Rusia hacia el uso de armamento prohibido, mientras la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) defendió su «integridad» en la investigación del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia.
«Rusia ha emprendido una campaña descarada de desinformación y ha atacado la reputación y la seriedad de la OPAQ», dijo el jefe de la delegación británica Peter Wilson, minutos antes de que este organismo defendiera su «neutralidad» en las investigaciones del caso Skripal.
El director de la OPAQ, Ahmet Üzümcü, aseguró que no va a contestar a las críticas que ponen en duda la independencia del organismo que dirige, pero subrayó que los Estados parte pueden tener «la seguridad sobre la credibilidad y la integridad» de la red de laboratorios de la organización.
Durante una reunión confidencial celebrada hoy en La Haya por la OPAQ sobre los resultados de la investigación aún en marcha del caso Skripal, Üzümcü recalcó que los laboratorios externos con los que trabaja la OPAQ son conscientes de la «importancia de la confidencialidad en los arreglos técnicos».
Asimismo, defendió la «neutralidad» de los expertos que participaron en las investigaciones de este caso.
El equipo que se trasladó a la ciudad británica de Salisbury para tomar muestras de sangre de las víctimas del envenenamiento «se limitaba a la asistencia técnica» al Reino Unido y «no era parte de la investigación interna» que lleva a cabo ese país.
Las autoridades rusas se niegan a reconocer el trabajo de la OPAQ en el caso Skripal porque Moscú pidió desde el principio una «investigación multilateral» en la que tomaran parte sus especialistas, extremo que este organismo le negó porque no quiso involucrar a ninguna de las partes implicadas en el caso.
Frente a las críticas rusas, la delegación británica mostró hoy su confianza en el informe elaborado por la OPAQ sobre sus hallazgos, tras el análisis de las muestras de sangre de los afectados por el ataque ocurrido el pasado 4 de marzo en Salisbury y que confirma su teoría de que la sustancia usada es de origen ruso.
Los expertos químicos se trasladaron a Salisbury el 21 de marzo, donde recopilaron muestras de sangre de los afectados, las cuales fueron analizadas primero en su propio laboratorio, en la ciudad holandesa de Rijswijk, cerca de La Haya, y después los resultados fueron comparados con un segundo estudio en laboratorios relacionados con la OPAQ.
Para Londres, Moscú es el «único» país con «los medios técnicos, la experiencia operativa y el motivo» para envenenar a Skripal, dijo hoy Wilson, quien acusó a Rusia de «irresponsable» y de mantener «una conducta temeraria e indiscriminada» con el uso de armas químicas en Europa, «amenazando la seguridad mundial».
Asimismo, la delegación británica aseguró que Moscú tiene «un historial probado de llevar a cabo un asesinato patrocinado por el Estado» y acusó a los servicios de inteligencia rusos de ver a «algunos de sus desertores como objetivos legítimos de asesinato».
Londres identifica el veneno utilizado en el ataque a Skripal como una sustancia militar de tipo «Novichok», de origen ruso, porque, según Wilson, «una combinación de informes y de inteligencia de código abierto creíbles» demuestra que en los años 80 la Unión Soviética desarrolló una nueva clase de agente nervioso de «cuarta generación».
Por su parte, la Unión Europea acusó ante la OPAQ a Rusia de llevar a cabo «intentos persistentes y malignos» para «socavar la credibilidad» de esta organización y para «obstaculizar» las investigaciones del caso Skripal.
El representante ruso Alexander Shulgin negó que su país tenga que ver con el envenenamiento y rechazó las afirmaciones que acusan a Moscú de impedir las investigaciones, cuando, aseguró, «en la realidad es exactamente lo opuesto».
En su intervención, afirmó que Rusia está «extremadamente interesada» en una investigación honesta, abierta e imparcial» y resaltó que «no se tomará al pie de la letra» las conclusiones de la OPAQ en el caso Skripal mientras los expertos rusos no tengan acceso a las víctimas y al material analizado por este organismo.
«Esperamos nuevas oleadas de desinformación, filtraciones a los medios y ataques insolentes contra nosotros por parte de los funcionarios británicos. Pero no se producirá ninguna evidencia real», concluyó.
Serguéi Skripal y su hija fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial de Salisbury el 4 de marzo tras ser intoxicados con un agente nervioso del tipo «Novichok», de fabricación militar, según las autoridades británicas.
Yulia Skripal ya ha sido dada de alta, mientras que su padre sigue hospitalizado, aunque su estado ha mejorado. EFE
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