Coactivas a accionistas

Bien ha hecho el presidente Lenín Moreno en proponer, en su reciente proyecto de ley económica urgente (art. 38), que se derogue, de la novelera Ley para la Defensa de los Derechos “Laborales” de 2012, el abusado artículo sobre cuya base conocidos rábulas del sector público, empezando por los de la CFN (el más notorio un Chang), se dieron la licencia de pretender cobrar “deudas” a todos los accionistas de compañías, incluyendo a minoritarios hostiles o a los que habían comprado sus acciones en bolsa, haciendo flaco favor a los proclamados intentos de fomentar en el paisito el mercado de valores.

Y también ha hecho bien el presidente en agregar a su propuesta (disposición transitoria cuarta) que ya no pueda, a partir de la vigencia de la nueva ley, iniciarse tal clase de extorsivos juicios coactivos a los accionistas, “en virtud” de ese distorsionado y mal leído artículo, lo que es apenas natural consecuencia de su propuesta derogatoria.

Lo que no está bien es que en esa misma disposición transitoria cuarta tan solo se proponga (respecto de los juicios coactivos iniciados previamente, “amparados” -supuestamente- en aquel abusado artículo), que “podrán finalizarse” con base en su derogatoria. Esa discrecionalidad entregada a funcionarios sinvergüenzas que todavía merodean en entidades públicas, será clarísimo caldo de cultivo de nuevos chantajes. La Asamblea debe corregir esto y la fórmula es simple: declarar que esas coactivas no pueden seguir en contra de los accionistas, sin perjuicio, claro está, de que se cobre lo que deba a la sociedad deudora, y también sin perjuicio de que en casos de fraude, judicialmente declarados, se reclame lo que corresponda a sus autores (y no a todo y cualquier accionista, como para chantajear se ha venido haciendo hasta ahora).

A propósito de esto, la Asamblea también debiera dejar advertido que la conclusión de las ilegítimas coactivas en contra de accionistas no libera de responsabilidades legales a quienes, como el ya citado Chang, abusaron de sus funciones. No se puede caer en semejante detestable impunidad.

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