Colombia se la juega

Estamos a menos de una semana de las elecciones presidenciales en las que Colombia decide el futuro de su país por los próximos cuatro años, pero esta no es una elección cualquiera. En esta ocasión se miden dos visiones completamente distintas de un país, marcadas por la complicada relación de paz con las FARC y el narcoterrorismo de sus disidencias.

A esto hay que sumarle la relevancia que tendrá la elección para definir la postura frente al Gobierno venezolano y la crisis humanitaria que sufre el país con los cientos de ciudadanos que cruzan la frontera diariamente al país vecino.

Por un lado está Gustavo Petro, 58 años, economista, ex alcalde de Bogotá y exguerrillero del M-19. Ha sido senador por el partido Polo Democrático Alternativo y, en lo referente al pacto de paz con las FARC, propone mantener el acuerdo llevado a cabo por el actual Gobierno. En el ámbito económico propone terminar con la dependencia del petróleo y la minería para transitar hacía una economía agraria e industrial, pero su propuesta inicial de gravar latifundios improductivos generó críticas que lo relacionaron con las realizadas por el chavismo en Venezuela. Fue tal el efecto que Petro debió comprometerse en un manifiesto público a no expropiar e impulsar la iniciativa privada.

Por otro lado, Iván Duque, 41 años, abogado, ex representante de Colombia en el BID. Ha sido senador por el partido Centro Democrático. Propone modificar el acuerdo con las FARC para que los delitos de los ex jefes guerrilleros acusados de delitos atroces no queden en la impunidad. En lo económico, aboga por el libre mercado y la inversión privada. Prevé bajar impuestos a las empresas para que generen más empleo y mejoren salarios, y mantener la gran minería con altos estándares ambientales.

Ambos candidatos buscan el voto a favor del centro que en la primera vuelta llegó al 25% de los votos. Las últimas encuestas dan un promedio de 13 puntos de ventaja a Duque, pero no hay que dar su victoria por sentado. Ya hemos visto en recientes elecciones cómo las encuestas no han acompañado los resultados finales, como en el caso de la última elección estadounidense o la del Brexit en Reino Unido.

En esta última semana arranca la carrera para conseguir los últimos apoyos políticos y recorrer las últimas ciudades y comunidades donde no lograron captar el voto en primera vuelta. Los dos deberán trabajar hasta conseguir transformar el último voto indeciso en suyo.

Las elecciones próximas a suceder son de especial relevancia para los ecuatorianos, porque también nos afectan de manera directa. La situación actual de la frontera norte con Colombia ha desatado una serie de acontecimientos nunca antes vividos en territorio ecuatoriano. De lo que va del año, hemos tenido varios atentados que han resultado en la muerte de tres infantes de marina, múltiples heridos por coches bomba, el secuestro y asesinato de tres periodistas de Diario El Comercio, además de una pareja de ecuatorianos que actualmente permanecería secuestrada en territorio colombiano por el grupo disidente de las FARC “Oliver Sinisterra”.

Será de especial interés para el Gobierno ecuatoriano las políticas en cuanto a seguridad fronteriza y trato a los terroristas que tendrá el nuevo Gobierno de Colombia. Por su lado Timochencko, líder de las FARC ya ha expresado su apoyo a la candidatura de Petro, probablemente porque Duque se ha definido como el candidato de la ley y el orden, que no quiere que los crímenes cometidos por los guerrilleros queden sin afrontar la Justicia. En sus palabras “el que la hace la paga”.

También es de interés muy cercano al nuestro la política económica que lleven a cabo. Tanto en importaciones como exportaciones, ya que son un importantísimo socio estratégico para nuestro país. Más aún hoy cuando Ecuador busca acercamientos con la Alianza del Pacífico, bloque del cual Colombia es miembro fundador y jugará un rol importante en la posible incorporación de Ecuador.

Quedan pocos días para saber el resultado, las cartas están prácticamente echadas. En lo personal y por los mejores intereses del pueblo colombiano y ecuatoriano, me gustaría ver un demócrata como Iván Duque ganando la presidencia, creo que consolidaría la creciente tendencia latinoamericana de dejar a un lado los Gobiernos populistas para acercarse a la democracia liberal. El caso de Colombia claramente no es el mismo que el de países como el nuestro, Venezuela, Nicaragua o Bolivia, pero nunca es tarde para caer en los mismos errores y por eso siempre es bueno conocer la historia de nuestros vecinos para no repetirla.

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