El expresidente de Ecuador Rafael Correa advirtió este miércoles en una entrevista con Efe de que una «invasión» de Venezuela supondría un «nuevo Vietnam» para Estados Unidos, y lamentó que los gobiernos de derechas en países de la región hayan «retrasado décadas» a América Latina.
«Posibilidad siempre hay. Pero yo no creo que sea probable una intervención directa de EEUU. Porque el coste en vidas humanas para ellos sería muy grande», señaló Correa desde la capital de Bélgica, donde reside.
El expresidente aludió a la situación de Venezuela en el contexto de las amenazas a las que a su juicio se enfrentan los gobiernos de izquierdas en países de la región: «(Dicen que) hay que sacar a Maduro porque es un presidente ilegítimo, que las elecciones no fueron transparentes. Yo estuve en esas elecciones, más transparentes no pueden ser. Pero no ganan los que ellos quieren que gane», lamentó.
En un momento de máxima tensión en que la comunidad internacional intenta ingresar en Venezuela ayuda humanitaria con apoyo de efectivos militares, para Correa está claro que EEUU no estaría dispuesto a intentar una «invasión», pese a que su presidente, Donald Trump, o el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, no descarten ninguna medida.
«Intentar una invasión, como antes hacían en Centroamérica, en el Caribe… no hay que subestimar a Venezuela. Si creen que Maduro no tiene apoyos, que las Fuerzas Armadas venezolanas están contra Maduro, que la población no está dispuesta a defender a su país, que no tiene dignidad, soberanía, están totalmente equivocados», dijo.
«Eso va a ser otro Vietnam para EEUU», auguró Correa, en referencia al alto coste que supuso ese conflicto en el sureste asiático (1955-1975).
En su opinión, la cuestión de la ayuda humanitaria se utiliza como «provocación»: «La llevan a la frontera en camiones militares, al lado colombiano, al lado brasileño, incluso por el Caribe, para que en algún momento alguien se les salga de algún lado de la frontera un tiro y se genere un conflicto armado».
«Eso es lo más probable, que EEUU utilice a Colombia, a Brasil, para generar un conflicto armado que ellos apoyen con alta tecnología, sus bombas y misiles dirigidos», comentó.
Correa rechazó que haya una emergencia humanitaria en Venezuela, solo «problemas económicos», y lo comparó a las «armas de destrucción masiva que dijeron que había en Irak»: «Aún las están buscando», dijo.
Para el expresidente (2007-2017), «no pueden permitir que en el patio trasero, como nos considera EEUU, haya un Gobierno de izquierdas y, más aún, manejando las reservas más grandes de petróleo del mundo, 300.000 millones de barriles».
Así, a su juicio, «esto lo tienen que resolver los venezolanos y por medio del diálogo».
Correa se mostró convencido de que la oleada de gobiernos de derechas en países latinoamericanos «nos ha retrasado décadas».
«Hay una restauración conservadora, vivimos en una derecha articulada nacional e internacionalmente sin límites, sin escrúpulos, sin respetar democracia, que nunca les interesó», aseveró.
«Claro que ha habido un cambio absoluto a nivel del balance político de la región. Hasta hace unos años, de diez países suramericanos, ocho tenían gobiernos de izquierdas. Ahora solo quedan Venezuela, Bolivia y Uruguay», apuntó.
Según dijo, «ya no podemos hablar solo de una restauración conservadora sino del Plan Cóndor 2», en referencia a la operación de represión de la oposición a las dictaduras militares latinoamericanas de los años 70.
«Ahora son mucho más sutiles pero más eficaces. No llaman a los militares porque no tienen necesidad de ello. Es suficiente su prensa, el sistema de justicia, instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington, financiada por EEUU, para imponer sus caprichos», afirmó.
Correa se incluyó, junto al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, entre los políticos desprestigiados: «Ya no desaparecen, ya no torturan. Tan solo te arruinan tu reputación, te condenan en los titulares y jueces tan solo copian lo que dicen los titulares en la prensa burguesa», enfatizó.
En cualquier caso, confió en que «algo queda» y en que los pueblos, «que ya aprendieron que tienen derechos», reaccionen.
Lamentó en cambio no poder volver a hacer campaña o incluso ser candidato en las elecciones locales del 24 de marzo en su país, donde tiene «21 investigaciones y juicios penales» y ha sufrido desde su punto de vista «una persecución brutal». EFE