La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s cambió este lunes de estable a negativa la perspectiva para la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), tras una acción similar sobre la nota soberana de México.
Mediante un comunicado, la firma explicó que esto se debe a «las mayores asignaciones presupuestales para Pemex en 2019 y las recientes declaraciones públicas del Gobierno federal asegurando que la empresa cumplirá de manera puntual con todas sus obligaciones financieras».
Ello refuerza la evaluación de la agencia «de una probabilidad casi cierta de respaldo extraordinario de parte del Gobierno mexicano si la empresa afronta dificultades financieras».
Standard & Poor’s recordó que la perspectiva en escala nacional es estable.
Además revisó la evaluación del perfil crediticio individual de Pemex a ‘b-‘ desde ‘bb-‘ esto debido al continuo deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la empresa que ha comprometido la recuperación de sus principales líneas de negocio.
Consideró que el plan financiero para restaurar los fundamentos crediticios de la petrolera «es insuficiente respecto de las necesidades multianuales de inversión de capital».
La firma señaló que «la perspectiva negativa de Pemex y de sus subsidiarias refleja la del país y bajo esta nueva administración (del presidente Andrés Manuel López Obrador) esperamos una relación más estrecha entre Pemex y el Gobierno», con una participación importante de éste en todas las decisiones estratégicas de la empresa para ejecutar la política de energía.
Además, prevé una supervisión activa del Gobierno sobre las operaciones regulares de la empresa, lo que provee un buen nivel de confort de que Pemex «recibiría respaldo adicional para mitigar retrocesos inesperados, cuando sea necesario».
Por lo tanto, «las calificaciones de Pemex y de sus subsidiarias siguen correlacionadas con las de México», apuntó en la nota.
El viernes pasado, la agencia rebajó la perspectiva de calificación de largo plazo de México en escala global de estable a negativa ante probables expectativas de menor crecimiento.
El cambio en las políticas públicas dirigidas a reducir la participación privada en el sector energético, y otros eventos que han disminuido la confianza de los inversionistas, «podría aumentar los pasivos contingentes en el soberano y reducir el crecimiento económico», explicó entonces la agencia.
La calificadora indicó que la nueva estrategia para el sector energético colocaba «una carga adicional» sobre Pemex, que ya tiene un legado de débil desempeño operativo y financiero.
El Gobierno de México anunció el 15 de febrero medidas extraordinarias de apoyo a la Pemex que, sumadas al ahorro esperado por el combate al robo de combustible, representan un beneficio de 107.000 millones de pesos (5.555 millones de dólares) este año. EFE