La Línea 1 del Metro de Quito, el primero de Ecuador, inició este lunes los recorridos de prueba de los primeros trenes entre las estaciones de Iñaquito y Jipijapa, al norte de la ciudad.
El proyecto, que cuenta 100 % con ingeniería española, fue visitado este lunes por el presidente Lenín Moreno, su vicepresidente Otto Sonnenholzner, y la presidenta del Legislativo, Elizabeth Cabezas, quienes participaron en el que es el primer viaje de prueba con pasajeros.
Moreno aludió a la mejora del tráfico que supondrá la inauguración de este sistema de transporte colectivo subterráneo, prevista para finales de año, y recordó en ese sentido que en Quito hay unos 500.000 vehículos en circulación, número que aumenta año tras año.
Tras enunciar algunas de las capitales americanas que ya disponen de metro, Moreno aplaudió que ya se pueda contar en Quito con este sistema, que transportará aproximadamente 450.000 ciudadanos cada día, lo que supone casi 1.500 cada cinco minutos, según sus cálculos.
La obra, que comenzó en 2016, costó unos 2.000 millones de dólares, la mayor parte financiados por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o la antigua Corporación Andina de Fomento (CAF).
La construcción del metro, que se encuentra al 80 % de avance, espera continuar a un ritmo de trabajo de 24 horas al día los siete días de la semana para poder comenzar con la operación comercial a finales de año, cumpliendo hasta el momento con el cronograma de obra y con el presupuesto estipulado en un primer momento.
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, señaló que la financiación para el proyecto se analizó para que fuera «asumible» por el Municipio «sin comprometer a futuro las finanzas municipales».
Las autoridades coincidieron en resaltar que esta obra, a cargo de la española Acciona, transformará la manera de relacionarse y de transportarse en la ciudad de manera integral.
«El Metro va a transformar para siempre la ciudad: Quito va a ser una antes y otra después del Metro», apuntó el alcalde quien agregó que su administración actuó «siempre con responsabilidad, pensando en el futuro de la ciudad y no en cálculos políticos».
«Dije siempre que en nuestra Alcaldía yo no iba a hablar del Metro, que lo iba a hacer: quiteños, hemos cumplido, el metro es una realidad«, concluyó.
En el viaje de prueba también participó el embajador de España en Ecuador, Carlos Abella y de Arístegui, quien dijo a Efe estar «orgulloso» de una obra que cuenta con «100 % ingeniería española y empresas españolas».
«Es un orgullo ya que es el mayor proyecto que hay en Ecuador en estos momentos: son más de 2.000 millones de dólares de proyecto», comentó el diplomático.
Durante los trabajos de elaboración del Metro, participaron más de 6.000 empleados de manera directa y unos 20.000 indirectos, y menos de cien de ellos fueron españoles, ensalzó Abella.
El Gobierno español otorgó un crédito del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (Fiem) por valor de 187 millones de dólares al 0,75 % de interés y con seis años de gracia.
Por parte de Acciona, su gerente de obra civil, José Luis Guijarro, aseguró que la firma ha trabajado para que «el Metro de Quito sea una realidad en plazo, sea el mejor metro que se inaugure hoy en día en el mundo, con los mejores índices de seguridad y sin accidentes».
Acciona quedó a cargo del proyecto de forma exclusiva tras la salida el año pasado de la brasileña Odebrecht.
Guijarro puso como ejemplo de ese esfuerzo el «enorme» trabajo de logística que supuso la elaboración de la estación en la céntrica plaza de San Francisco, adonde tuvieron que desplazar 100.000 metros cúbicos de hormigón y doce millones de kilos de acero para las estructuras.
Esa estación está situada en el centro histórico de Quito, declarado en 1978 como Patrimonio Cultural por la Unesco. EFE