Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador
“La Corte Constitucional es el máximo órgano de control, interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia” (Constitución, art. 429). La Ley de Control Constitucional agrega que “Los parámetros interpretativos de la Constitución fijados por la Corte Constitucional en los casos sometidos a su conocimiento tienen fuerza vinculante”, de los que solo puede apartarse “de forma explícita y argumentada garantizando la progresividad de los derechos” (art. 2, 3º).
La CC entonces debe mantener línea coherente en sus fallos, que otorgue seguridad jurídica. Un cambio debiera ser excepcional, y, obviamente, motivado. Exactamente lo contrario hizo, en variopintos temas, la gran comisaría en que los vasallos del correísmo convirtieron a la antigua Corte. Frente a un asunto igualito un día decían A y poquísimo tiempo después todo lo contrario. Sin tomarse la molestia de dar explicación alguna.
Cito uno (hay muchos), que grafica bien las piruetas de los exjueces Gagliardo, Jaramillo, Molina, Seni y Ruiz:
Caso 1: la empresa pública CNT ganó un arbitraje a una privada, la que demandó la nulidad del laudo y luego de perder en dos instancias intentó que el caso sea conocido, por recurso de casación, por la Corte Nacional. Como se le negó ese recurso, acudió a la CC denunciando una violación al derecho a la defensa. Esta decidió que no había tal violación, sosteniendo que no cabe casación en los juicios de nulidad de laudos (caso 1114-12-EP, 15 de octubre de 2014).
Caso 2: el Ministerio de Transporte y Obras Públicas perdió en un arbitraje e intentó anular el laudo, sin éxito en dos instancias. También intentó el recurso de casación e igualmente los jueces se negaron a tramitarlo. El caso llegó a la CC y esta declaró que sí se había violado el derecho a la defensa del MTOP pues en verdad sí hay casación en los juicios de nulidad de laudos (casos 1279-11-EP y 1280-11-EP, acumulados, 22 de abril de 2015).
Huelgan más palabras. La nueva Corte debe enmendar estos interesados entuertos, dando reglas claras del juego. No es mucho pedir.