El activista político ecuatoriano Fernando Balda denunció este jueves ante la justicia a uno de los ministros del Interior en el gobierno de Rafael Correa, José Serrano, por su presunta implicación en su secuestro en 2012, en Colombia, y demandó la apertura de una investigación.
«He puesto una denuncia en contra del asambleísta José Serrano, exministro del Interior en el gobierno de Correa, por la implicación que él pudo haber tenido durante los hechos y después de mi secuestro en Colombia«, dijo Balda a los medios tras depositar el pliego ante la Fiscalía General del Estado.
Balda, cuyo caso de secuestro ha salpicado también a Correa, sobre el que pende una orden de prisión preventiva por no presentarse ante la justicia a declarar, explicó que la denuncia, de ocho folios, se basa en una grabación difundida por un medio local.
En ella se oye a Serrano hablando con el agente Raúl Chicaiza, uno de los principales implicados del caso y que fue condenado en base a su propia confesión en marzo de este año.
En el audio presentado -sostiene el denunciante- Chicaiza pide a Serrano «apoyo económico para generar impunidad hacia él y hacia Diana Falcón», la otra agente condenada por el secuestro.
Los hechos ocurrieron en Colombia en 2012, cuando Balda, un político de 47 años que ha cambiado de afiliaciones a lo largo de su carrera y llegó a ser aliado de Correa, fue secuestrado en una operación atribuida a los servicios de inteligencia de Ecuador, la Senain.
Falcón y Chicaiza confesaron los hechos y fueron condenados, pero Correa, por vivir en el extranjero, no ha podido ser procesado.
Tampoco lo fue el exdirector de la Senain, Pablo Romero Quezada, que se encuentra en España.
Balda estuvo retenido durante unos noventa minutos, porque la policía colombiana frustró el secuestro a raíz de la llamada de un taxista.
Según la grabación, difundida por el sitio web La Posta, Serrano le indica a Chicaiza que le «va a apoyar con dinero para que pueda lograr esa impunidad y que además le respalda en todas las acciones», en palabras de Balda.
«Demuestra que Serrano tuvo conocimiento de las acciones delictivas que se llevaron a cabo en mi contra en Colombia y que fue parte de esa conciliación para generar esa impunidad (en el caso)», agregó el activista.
Y sostuvo que demuestra también que Serrano «mintió» al fiscal general del Estado cuando prestó testimonio sobre su secuestro y dijo que sólo conocía a Chicaiza «de los pasillo del Ministerio del Interior» pero que «no tenía relación directa con él».
«Cuando él rindió su versión libre y voluntaria ante el fiscal general en el caso de mi secuestro mintió a la autoridad, mintió al fiscal general», insistió.
Serrano fue uno de los hombres fuertes en los Gobiernos de Correa (2007-2017), en los que se desempeñó como ministro de Justicia entre 2010 y 2011 y ministro del Interior entre 2011 y 2016.
Los interminables rumores en la sociedad ecuatoriana acerca de su presunta participación en varias actividades ilegales, entre ellas narcotráfico y lavado de activos, no impidieron que llegara a la presidencia de la Asamblea Nacional cuando el presidente Lenín Moreno sustituyó a Correa en mayo de 2017.
Un cargo del que fue cesado en marzo de 2018, en votación en la Asamblea, después de que se publicara una grabación en la que se le escuchaba a él hablando con el excontralor Carlos Pólit (ahora prófugo), en un posible complot para destituir al entonces fiscal general del Estado, Carlos Baca Mancheno, también destituido.
Esta denuncia es «un tema muy importante para Ecuador porque Serrano se ha escabullido de todos los procesos penales en su contra y hasta el día de hoy sigue en la impunidad», destacó Balda a los periodistas.
Y trazó un paralelismo entre Serrano y el mafioso estadounidense Al Capone, porque su denuncia es por un pequeño delito que «no habla de narcotráfico, asesinatos, lavado de activos ni tráfico de influencia».
Es sobre «una simple grabación que demuestra que Serrano fue partícipe de delitos» y «ha llegado la hora de ponerle ante la justicia», dijo.
«Cuando caiga Serrano empezará a cambiar la política en Ecuador», concluyó Balda, cuyas actividades son financiadas por círculos de la derecha conservadora ecuatoriana. EFE