Guayaquil, Ecuador
El dirigente de la CONAIE, el achuar Jaime Vargas, se pasea desafiante por todos partes. Encumbrado en su vanidad y prepotencia, confiado que en este país campea la impunidad, dirá a mi no me pueden hacer nada porque vuelvo a movilizar a los indígenas, igual que en octubre y les pongo contra la pared al gobierno, a los militares, policías y a todos los que se opongan a nuestros caprichos.
No importa que furibundo, haya pedido a los militares que den un golpe de Estado, quitándole el apoyo al «patojo de mierda». Qué hubiera ocurrido si el Presidente Moreno le espetaba «un indio de mierda». Ahora él dice, burlándose, que no ha cerrado las llaves de los pozos petroleros, que le comprueben, según él, el petróleo estaba ahí, guardadito, y que el ejército que iba a organizar, era sin armas (quizá un ejército de Cristo).
Igual, burlándose, dijo que los policías jamás fueron secuestrados, «que los policías estaban mejor que en sus casas». Ahora amenaza que si no aprueban lo que decidieron en el llamado parlamento de los pueblos (indígena), volverían a movilizar a los indígenas. Ese mamotreto que quieren imponernos, asesorados por unos talibanes de la economía, debe ser rechazado. ¿Desde cuándo el 7% de indígenas, hablan por el restante 93% de ecuatorianos?
Con la misma soberbia, envalentonados como están, su alter ego, el dirigente indígena Leonidas Iza, amenaza al vicepresidente aplicarle la «justicia indígena» si sigue reuniéndose con organizaciones indígenas y campesinas.
Los ciudadanos estamos esperando que de oficio se aplique la ley. Es que hace rato debieron procesarlos y aplicarles el COIP a estos irresponsables dirigentes indígenas. Imaginémonos que un ciudadano común y corriente decía lo mismo que vociferó Jaime Vargas, con seguridad, este momento ya estaba en la cárcel o en el manicomio.
Es hora que el presidente ejerza su autoridad y con toda la firmeza ponga coto a estos desafíos y la justicia haga prevalecer la ley y castigue con severidad a estos malos ecuatorianos.
Hizo bien el nuevo Jefe del Comando Conjunto en advertir a todos los ciudadanos, en especial a los vándalos que destruyeron parte del centro histórico de Quito e incendiaron edificios del estado y vehículos militares, intentaron tomarse un cuartel militar, saquearon, secuestraron y agredieron a militares, policías y periodistas y cometieron actos de terrorismo urbano, que no se va a volver a tolerar esos actos propios de la barbarie.
¿Hasta cuándo Vargas, Iza y otros de la misma pelambre abusan de la paciencia de todos los ecuatorianos?