La sólida presencia de Argentina, ante una Berlinale que llega a los 70 años

Berlín– La 70 edición de la Berlinale se abrió para Argentina bajo el signo de la solidez, con una amplia presencia en sus principales secciones, además de corresponderle a uno de sus títulos, «El Prófugo«, la apertura del desfile de aspirantes al Oso.

«Regresamos con fuerza a una competición de un festival del que nos ausentamos solo temporalmente», comentó a Efe Benjamín Domenech, productor de «El Prófugo» y también de «Historia del miedo», el filme de Benjamin Naishtat con el que Argentina estuvo en 2014 en la sección oficial, junto con «Escuela normal», de Celina Murga.

De esa representación por partida doble se pasó a una sequía por seis años en lo que a largometrajes en la sección oficial se refiere. «Fue un paréntesis, no un cierre de ciclo», en palabras del productor.

«El Prófugo», entre el drama psicológico y el miedo, devolvió a la Berlinale algunos actores consolidados en ediciones anteriores -como Érica Rivas, Cecilia Roth y Daniel Hendler-.

UN BIEN NUTRIDO PALMARÉS

Vuelve así al festival una cinematografía que en la primera década del milenio había quedado frecuentemente incluida en su palmarés: en 2001 ganó el Alfred Bauer «La Ciénaga», de Lucrecia Martel; cinco años después se llevó ese galardón «El Custodio», de Rodrigo Moreno.

En 2004 brilló «El abrazo partido» -Oso Especial del Jurado, además de la plata para la interpretación de Hendler. Le siguieron varios Osos más: en 2007, el del Gran Premio del Jurado con «El Otro», de Ariel Rotter, que además dio la plata al actor Julio Chávez.

En los últimos años no había habido largometraje argentino en la sección oficial. Pero el corto «Blue Boy», de Manuel Abramovich, representó a Argentina en el palmarés de 2019 con un Oso de Plata.

En esta edición 70, la primera bajo la dirección colegiada del italiano Carlo Chatrian y la holandesa Mariette Rissenbeek, la presencia del cine argentino se reparte por sus múltiples secciones.

ARGENTINA, SECCIÓN A SECCIÓN

El jueves abrió ya la sección Panorama «Las Mil y Una», el segundo largometraje de Clarisa Navas. Un «coming-of-age» que transcurre en la periferia de Corrientes, que recorre temas como el «cibermobbing», la vida en comunidad, la pobreza, el amor, la violencia.

Dentro de esta misma sección se proyectará «Un crimen común», de Francisco Márquez, que aborda las injusticias en la sociedad argentina y la creciente brecha entre ricos y pobres.

Su protagonista es Cecilia, una mujer atormentada después de que el hijo de su asistenta doméstica aparezca muerto, el día después de que, por miedo, ésta no le abriera la puerta.

De nuevo en la sección oficial, pero en el apartado de cortometrajes, estará «Playback. ensayo de una despedida», de Agustina Comedi. Se posa en la Argentina católica de los 80 y en una sobreviviente de un grupo de mujeres transgénero y dragqueens.

Argentina figura con la película «Isabella», de Matías Piñeiro, entre los quince filmes que inaugurarán la nueva sección a competición creada por Chatrian y Rissenbeek, «Encounters», que busca dar cabida a lenguajes diferentes en el cine.

«Isabella» es la más reciente de una serie de películas del realizador sobre los papeles femeninos en dramas shakespearianos, en la que experimenta con narrativas no lineales.

En la sección Forum, dedicada al cine experimental, está presente Argentina por partida doble y bajo el género documental.

En «Responsabilidad empresarial», Jonathan Perel aborda la responsabilidad de una serie de consorcios con la represión durante la dictadura militar argentina. La voz en off de Perel da lectura a los datos que ilustran la participación de 25 empresas en la represión recogidos en el informe «Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad», publicado en noviembre de 2015.

«Medium», de Edgardo Cozarinsky, es un retrato de la pianista y artista Margarita Fernández, a la que el director convierte en mediadora entre pasado y presente, entre generaciones, entre partituras y música, sonidos e imágenes y su arte y el del cine.

De coproducción argentina es asimismo la ópera prima del uruguayo Alex Piperno «Chico ventana también quisiera tener un submarino».

La sección Generation cuenta a su vez con dos filmes argentinos: el largometraje «Mamá, mamá, mamá», ópera prima de Sol Berruezo Pichón-Rivière, y el corto «El nombre del hijo», de Martina Matzkin.

Un último apunte de «argentinidad» al programa: la inclusión de la actriz franco-argentina Bérénice Bejo en el jurado internacional que preside su colega británico Jeremy Irons. El equipo que, al sábado 29, entregará los Osos de la Berlinale, en esta edición de aniversario redondo y, a la vez, renovación. EFE

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