Parches

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez

Guayaquil, Ecuador

El Estado percibió menos ingresos por la venta de petróleo y por recaudación de impuestos. Las soluciones para mejorar los ingresos de las arcas públicas y el empleo adecuado siguen siendo las mismas: crear nuevas modalidades contrato en el Código de Trabajo, bajar los impuestos, firmar más acuerdos comerciales y reducir la tramitomanía a lo mínimo indispensable. Estas soluciones servirán independientemente del coronavirus o cualquier otra crisis a lo largo del tiempo. Son transversales en favor de todos los grupos sociales, menos de los que medran de la burocracia.

Hasta el momento, el gobierno se ha concentrado a través de diferentes proyectos de ley, en equilibrar su déficit para mantener un modelo económico basado en el que la población económicamente activa mantenga, vía impuestos, un sistema burocrático que equivale al 37 % del PIB. Un Estado gigantesco que no revierte los impuestos en inversión social sino que se concentra en pagar el gasto público improductivo.

Han existido también buenas reformas que simplifican la vida de las microempresas a través de la Ley de Simplificación Tributaria, recientemente aprobada, en la que se establece un régimen impositivo simplificado para este tipo de negocios. La reforma más importante para este grupo es una tarifa del Impuesto a la Renta del 2% sobre los ingresos brutos. Además, estas empresas no serán agentes de retención de IVA y de Impuesto a la renta. Pero, lo demás, esa ley se dedica a crear nuevos tributos o al restablecimiento de otros.

El modelo ecuatoriano actual favorece a unos pocos, pero perjudica a la mayoría, restando oportunidades. Si se implementan las soluciones aquí planteadas, el Estado percibirá mayores tributos vía volumen de transacciones. Pero para eso, habrá que perseverar en la batalla contra el statu quo que se beneficia de un modelo que fomenta la corrupción.

Requerimos una reforma estructural. No parches.

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