La moda negra del hip hop regresa tras la muerte de George Floyd

A lo largo de la Historia, la moda ha servido para manifestar y reivindicar el legado de una cultura: este el caso del dandismo negro y el hiphop, símbolos estilísticos de diversos momentos de la identidad negra

Unos estilismos que se unen, en cuanto a relevancia, a lo que muchos consideran el máximo exponente de la moda con identidad negra, las telas «wax», de vistosos motivos y llamativos colores que se confeccionan con cera, unos tejidos que tanto han inspirado a diseñadores como Yves Saint Laurent, Gaultier o firmas como Gucci o Louis Vuitton.

Aunque también hay que destacar que «la moda africana no es en absoluto solo el wax», según explicó a Efe la diseñadora senegalesa Adama Paris durante la pasada edición de Dakar Fashion Week de Senegal, al tiempo que reivindicaba la diversidad de la moda que los africanos «tienen ganas de crear».

Este es el caso del dandismo negro, una moda, de elegancia y resistencia, que se sitúa en el contexto histórico de la esclavitud; en concreto cuando los negros lograban la libertad y adaptaban los trajes de los dandis europeos a su propio estilo y posibilidades. Así, el dandismo negro, desde el siglo XVIII hasta los años cuarenta recorrió las calles de Harlem, Detroit, los Ángeles o Nueva Orleans, en una época en la que el jazz estaba de plena actualidad.

«Para el hombre negro la elegancia es una cuestión de vida o muerte» dice el puertorriqueño experto en moda Ignacio Quiles en «Black Dandy» (2015), un documental que retrata a una generación de hombres negros para los que el traje era un arma política, mezclando brillantemente los códigos del lujo de la cultura occidental y la africana.

Las minorías afroamericanas y chicanas en los años 30 y 40 lucieron el denominado «zoot suite», -traje de chaqueta con pantalones anchos de cintura alta y abrigo con hombreras- conjuntado con un sombrero borsalino, una excentricidad copiada de la clásica sastrería de los blancos que abanderaba la rebeldía y la libertad. El propio Frank Sinatra empezó a lucirlo.

Este atuendo dio nombre incluso a unos sucesos, los «Zoot Suit Riots», en la que por seis días policías y militares blancos salieron a las calles y barrios mexicanos de Los Ángeles para golpear, detener y humillar a jóvenes chicanos, especialmente aquellos que vestían sus habituales trajes coloridos.

Años después, a ritmo de hiphop, el movimiento cultural que nació en la década de los 70 en los barrios neoyorquino de Brooklyn y Bronx, se desarrolla una moda callejera donde no existía la opresión, un estilo diferente de vestir que abandera la libertad de movimientos y que se vincula con el ejercicio del poder en las calles.

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En la década de los 80, la sudadera con capucha se popularizo entre la comunidad afroamerica, les permitía moverse por los barrios con cierto anonimato.

Una prenda, que creció en el entorno del rap, y que se solía combinar con anchísimos pantalones y zapatillas de baloncesto sin cordones y con la lengüeta abierta, una indumentaria que les señalaba como los «malotes» del barrio.

El pelo «afro», las trenzas o las rastas forman parte de su identidad, así como las pulseras y collares de la tribu Masai o el paño, conocido como «duku», anudado a la cabeza «que atesoran nuestra energía», explica la influencer Angela Maquallo, de Malawi.

Mientras rapeaba, la comunidad afroamericana fue creando sus propios códigos indumentarios. Camisetas XXL con logos falsificados de firmas de lujo, pantalones anchos de talle bajo, que dejaban al descubierto gran parte del calzonzillo, cadenas doradas, medallones y gorras, toda una oda a la ostentosidad.

La cultura «sneaker» y la fiebre por la estética deportiva en la que las equipaciones de baloncesto tomaba la calle se intercalaban con camisetas cortas de vibrantes colores y bermudas con cientos de bolsillos.

Una tendencia en la que también tenían cabida las chupas de cuero, las camisetas rasgadas y las bandanas en la cabeza o anudadas en la muñeca o el tobillo, un accesorio cuyo uso pretendió ser, para algunos, una reivindicación honrosa de sus antepasados esclavos. EFE

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