El expolicía de la ciudad estadounidense de Mineápolis (Minesota) Derek Chauvin, acusado del asesinato del afroamericano George Floyd, a quien mantuvo varios minutos presionándole el cuello con la rodilla, salió este miércoles de prisión en libertad bajo fianza.
Según registros penitenciarios divulgados por los medios locales, Chauvin, que se encontraba detenido desde mayo y debe comparecer ante los tribunales en marzo próximo por la muerte de Floyd, fue liberado tras depositar una fianza de un millón de dólares.
El exagente fue trasladado este miércoles de la prisión estatal de la localidad de Oak Park Heights, en Minesota, a la cárcel del condado de Hennepin, en Mineápolis, de la que salió en libertad.
Chauvín es el último de los cuatro exagentes implicados en la muerte de Floyd que sale en libertad condicional a la espera de juicio, después de sus excompañeros Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes en la detención del afroamericano y acusados de complicidad en el asesinato por no haber hecho nada por evitarlo.
La muerte de Floyd suscitó manifestaciones contra la violencia policial en una veintena de ciudades de Estados Unidos, muchas de las cuales derivaron en desórdenes y saqueos, debido en parte a la crudeza de las imágenes de su detención, en la que Chauvín le presionó el cuello con la rodilla hasta que perdió el sentido.
El expolicía, de 44 años y que llevaba 19 en la policía de Mineápolis, será juzgado por homicidio y homicidio en segundo grado en un tribunal del condado de Hennepin, en un juicio programado para marzo que podría incluir a sus tres excompañeros.
Se teme que la liberación de Chauvín genere tensiones en Mineápolis, escenario en meses pasados de las protestas más violentas por la muerte de Floyd, con enfrentamientos entre policías y manifestantes, saqueos y disturbios.
Según medios locales, las autoridades de Mineápolis ya están alerta ante la posibilidad de nuevos disturbios, en una ciudad en la que muchos comercios siguen protegiendo sus escaparates con paneles de madera ante el temor permanente a un rebrote de violencia.
Las dos autopsias practicadas al cadáver de Floyd, una oficial y otra independiente, mostraron que su muerte fue un homicidio, pero mientras la que ordenó su familia apuntó a la «asfixia» como motivo, la del forense citó un «paro cardiorrespiratorio» ocurrido mientras le inmovilizaban.
Floyd falleció el 25 de mayo tras ser detenido bajo sospecha de haber intentado usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado, en una escena que fue grabada por los transeúntes.
Los vídeos mostraron a Chauvín con la rodilla sobre el cuello de la víctima durante más de ocho minutos sin hacer caso a los ruegos de Floyd, que repetía: «Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor»
El «no puedo respirar» de Floyd se convirtió, precisamente, en el grito de las protestas contra la violencia policial. EFE