Eugenia Martínez de Irujo, pintora con fines benéficos

Madrid.- Eugenia Martínez de Irujo ha heredado de su madre, la duquesa de Alba, su pasión por el arte y la pintura. Los pinceles han pasado a ser, durante el confinamiento, algo más que una simple afición para llenar momentos de ocio, y han desembocado en su primera exposición, «El arte de querer», con fines benéficos.

En estos tiempos tan difíciles motivados por la pandemia de la COVID-19, Eugenia Martínez de Irujo ha desarrollado una de las facetas y aficiones que más le han acompañado a lo largo de su vida, la pintura, según ha confesado ella misma.

«No pretendo ocupar ningún espacio con ello, soy consciente del gran talento y la gran formación que tienen nuestros pintores españoles», explica este viernes la Duquesa de Montoro en una una nota de prensa.

Algunas de estas pinturas se han publicado a través de sus redes sociales y han generado interés en muchos de sus seguidores, «agradezco mucho todas las palabras de cariño y su interés en tener algunas de estas pinturas».

Por ello, Eugenia Martínez de Irujo ha decidido montar la exposición «El arte de querer» que este viernes se inaugura en el madrileño espacio Valverde, donde se podrán ver durante dos días, y que se pueden adquirir online por un importe que oscila entre 250 y 300 euros, dinero que destinará íntegramente a la Fundación Querer.

Tal y como cuenta Eugenia, su afición por la pintura comenzó hace años utilizando temperas, después se pasaría a la acuarela y al acrílico, y con todas las técnicas el color ha sido siempre el gran protagonista de cada lienzo.

Cuadros coloridos en los que mezcla la estética naif con el realismo con un mensaje intencionado: «intento poner color en este oscuro momento», y de ellos surge una colección de animales, flores, naturaleza muerta y una colección oriental.

Aunque reconoce que la pintura es una afición que tenía, pero que había abandonado, «con el confinamiento la he retomado con más ganas que nunca».

Cada vez que muestra una de sus pinturas los comentarios de halago no se hacen esperar por parte de amigos y seguidores que valoran, su estilo muy personal. «Nunca he recibido clases, hago lo que me sale», desvela.

Lienzos en los que también rinde un homenaje a su madre, Cayetana de Alba, copiando uno de los cuadros al óleo que realizó la duquesa, el de un arlequín azul. EFE

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