
Miami, Estados Unidos
De acuerdo a lo sucedido en Estados Unidos en 1876, en un hipotético problema en la conformación de los colegios electorales, la reelección del Presidente Donald Trump pudiera quedar en manos del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia.
En el mundo moderno ya no basta con ser honestos, eficientes, preparados ni hacer buenas campañas para ganar y acceder al poder por vía electoral. Hay que prepararse también para evitar que con engaños, trampas, manipulación o violencia (fraudes) se pierdan las elecciones.
Manuales o electrónicas, con máquinas o sin ellas, hemos podido constatar que el fraude electoral es un todo que se perpetra antes, durante y después de las elecciones. Desde las encuestas amañadas para justificar los resultados, hasta los softwares más sofisticados para modificarlos; a veces con cambios de normas legales para facilitarlos, inclusive en algunos casos llegar al uso de la violencia y generar crisis para crear el caos en los estados.
El fraude electoral varía de un país a otro, según el sistema electoral que se aplique, pero en todos los casos se busca lo mismo “ganar las elecciones y obtener el poder a cualquier costo».
Afortunadamente el fraude electoral se puede combatir, y más aún se puede derrotar cuando tenemos conciencia de su posible existencia.
Al fraude electoral no se le teme, se lo enfrenta, se lo combate y se lo vence.
Una de las mejores estrategias para prevenirlo es hacer público con antelación su posible ejecución.
Hace varios meses escribí un artículo referido a la vulnerabilidad del Voto por Correo en Estados Unidos y cómo la alternativa del Voto Temprano disminuye el riesgo de fraude .
Me llama la atención que en una entrevista al periodista Pablo Kleinman, el periodista afirmó que en California en el año 2018 se perdieron siete puestos republicanos al Congreso cuando se totalizaron los votos por correo.
Debemos entender la gravedad que esto significa: “ganar con el voto físico (deber ser ) y perder con el voto por correo (la excepción)“, esto por las dudas y sospechas que se pueden generar al respecto sobre todo cuando se conoce de la vulnerabilidad de la forma de votar por correo.
La Violencia de Antifa, Black Lives Matters y otros grupos (que tendrían financiamiento George Soros) es otro ingrediente que debemos tener en consideración para este proceso electoral. Y sabemos de qué lado están los violentos.
Combinar violencia con resultados dudosos, provenientes estos últimos del voto por correo, sería una fórmula para que lograran cambiar las reglas del juego, evitar resultados definitivos antes de enero del 2021, y poner la elección del Presidente de Estados Unidos en las manos del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia.
Votemos temprano y evitemos la violencia
Ana Mercedes Diaz*