El polémico nacimiento del Vaticano

La gente hace fila para visitar el belén instalado en la Plaza de San Pedro antes de asistir a la oración del Ángelus del Papa Francisco, en la Ciudad del Vaticano, el 13 de diciembre de 2020. Numerosos fieles se reunieron bajo un cielo azul y soleado en la plaza para escuchar la tradicional oración del Ángelus del Pontífice el tercer domingo de adviento. (Papá) EFE / EPA / FABIO FRUSTACI

Giro estético en el belén de la Plaza de San Pedro. La Santa Sede ha optado por dejar a un lado en esta Navidad de 2020 la imaginería clásica para apostar por una propuesta ecléctica elaborada. La apuesta es tan arriesgada que hasta se incluye un astronauta en el conjunto escultórico junto al Niño Jesús, la Virgen, San José y los Reyes Magos. Se podrá contemplar hasta el próximo 10 de enero.

El belén fue realizado entre 1965 y 1975 por el entonces Instituto Artístico ‘F. A. Grue’, actual escuela estatal de diseño, que está ubicada en Castelli, localidad famosa por su cerámica, en la región italiana de  Abruzzo.  Según sus creadores, busca ser “una síntesis de tradición y de acogida de lo nuevo, de búsqueda y experimentación”.

En su diseño inicial contaba con 54 estatuas entre las que figuraban un musulmán, un judío y hasta verdugo. Entre todas ellas, se ha elegido para llevar a Roma a un astronauta-pastor. Sin embargo, para la escenografía vaticana se ha llevado a cabo una selección. Este montaje ya fue expuesto en Roma en 1970, y después visitó otras ciudades como Jerusalén, Belén y Tel Aviv.

Un astronauta entre los pastores del nacimiento del Vaticano en 2020.

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