Los idus de febrero

Ricardo Noboa

Guayaquil, Ecuador

Con el 32,71% de la votación y con indicios de alteración de actas, la candidatura de Andrés Aráuz, una especie de recadero de Rafael Correa, no tiene todas consigo. Al revés de lo ocurrido el año 2017 en que quedaron a pocas centésimas de ganar en la primera vuelta, la revolución ciudadana tiene hoy que captar adeptos donde no existen. El año 2017 tenían un mejor candidato, con pocos negativos en su contra y controlando todos los poderes del estado incluido el electoral, control que le valió a Juan Pablo Pozo, en agradecimiento, la Orden de la Gran Cruz al mérito, impuesta con descaro y sin disimulo pocos días después de cerrado el proceso electoral.

Aún así, la revolución ciudadana solo creció 12,16% en la segunda vuelta. Es el caso de un voto duro pero con techo de fierro, dada la enorme resistencia que genera Rafael Correa en diversos sectores sociales, culturales y económicos. Hoy, con un candidato con poca sustancia, desconocido previamente, de simpatía relativa, se revela claramente que el candidato es Correa.

Arauz es una especie de Héctor Cámpora, aquel argentino desconocido que le facilitó a Perón su regreso. Lejos, muy lejos está Arauz de Jaime Roldos Aguilera, el otro candidato que, marginado Asaad Bucaram y siendo políticamente desconocido pero académicamente reconocido, llegó al poder el año 1979 para imprimirle a la presidencia su propio carácter.

Le va a ser duro, muy duro a Aráuz levantar un 19% para asegurarse la presidencia el 11 de abril. Mas aun cuando la Fiscal Diana Salazar ha pedido la asistencia de la fiscalía de Colombia ante el aporte que, por $ 80.000 el ELN habría hecho a la campaña del candidato “del compañero cinturón”, asistencia que se ha concedido de inmediato con la presencia del Fiscal de Colombia quien ha venido personalmente a cuidar que no se pierda la cadena de custodia.

Las sanciones previstas en el art. 281 de la ley electoral son severas, pues el candidato que recibió el aporte ilícito “perderá el cargo para el cual fue elegido” además de las sanciones penales a que hubiere lugar. Un candidato al que se le pruebe haber recibido aportes que provienen del narcoterrorismo está terminado.

En la no consentida hipótesis de que resulte electo, casi que tendría que devolver la banda enseguida debido al delito cometido.  De ahí que el candidato de Correa la tiene cuesta arriba. De paso no contó con el hecho inédito de que en el segundo lugar se produciría una estrecha disputa, y que el Ecuador sería testigo, el viernes 12 de febrero de un debate sin precedentes entre los dos candidatos que aspiraban llegar a la segunda vuelta.

Un debate en vivo, sin programación previa, el que debe haber sido visto en Belgica con gran preocupación, pues aquel contra quien Correa se hubiese querido enfrentar en la segunda vuelta, demostró que, pese a que los escrutinios oficiales le daban la victoria, estaba dispuesto a aceptar el reconteo de votos.

Un Guillermo Lasso tolerante, de gran espíritu democrático, que a pesar de saber que necesita de los votos de Yaku Perez en segunda vuelta, no dudó en mostrarse firme cuando Pérez lo agredió verbalmente, argumentando con convicción, sensatez y mucha, pero mucha lógica, de tal modo que el gran perdedor del “debate” entre Lasso y Perez terminó siendo Aráuz.

 Ahora el país esperará el reconteo. Y si, como los escrutinios oficiales ya lo han dicho, se ratifica que será Lasso quien enfrente al binomio Arauz/Correa en la segunda vuelta, lo hará notablemente fortalecido. El Lasso de la noche del 7 de febrero no es el Lasso de la noche del 12 de febrero. Asi como el Aráuz del 7 de febrero en la mañana, no es el Arauz que tendrá que defenderse de las revelaciones del comandante Uriel, ni de las consecuencias del “debate” entre Lasso y Pérez.

Será muy difícil levantar ese 19% que le falta, pues incluso el 1,86% del candidato Isidro Romero no se le unirá, a pesar de los esfuerzos de éste por afectar a Lasso.

“Guárdate de las idus de marzo” le dijeron a Julio César. “Ya comenzaron y nada ha pasado” contestó éste. “Si….pero no han acabado” le respondieron.  Las idus de febrero no han acabado todavía para el candidato de Correa. Y tal como pintan, es posible que no acaben bien.

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