La Unión Europea (UE) resaltó este domingo que la violencia «no dará legitimidad al derrocamiento ilegal del Gobierno» de Birmania, en el día más sangriento desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero y que se ha cobrado la vida de al menos 18 personas.
«La violencia no dará legitimidad al derrocamiento ilegal del Gobierno democráticamente elegido. Las autoridades militares deben detener de manera inmediata el uso de la fuerza contra los civiles y permitir a la población expresar su derecho a la libertad de expresión y de asamblea», declaró en un comunicado el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
Añadió que al disparar contra ciudadanos desarmados «las fuerzas de seguridad han mostrado un flagrante desprecio por el Derecho internacional y deben rendir cuentas».
«Este fin de semana, el ejército birmano ha incrementado su brutal represión de protestas pacíficas en el país, lo que ha dejado a muchos manifestantes muertos o heridos», afirmó el político español, quien recalcó que los Veintisiete «apoyan decididamente al valiente pueblo birmano, que está defendiendo su democracia».
Agregó que la Unión Europea tomará medidas en respuesta a esos acontecimientos «pronto».
Los ministros de Asuntos Exteriores comunitarios aseguraron el lunes en una declaración conjunta que la Unión Europea «está dispuesta a adoptar medidas restrictivas dirigidas a los directamente responsables del golpe militar y sus intereses económicos».
La Policía de Birmania disparó munición real este domingo durante la represión contra las protestas antijunta, en el día más mortifero desde que se produjo la asonada.
Las fuerzas de seguridad abrieron fuego de manera indiscriminada en al menos las ciudades de Rangún, antigua capital y urbe más poblada, Dawei, Mandalay y Mawlamyaing, para reprimir las manifestaciones masivas que exigen a los militares que devuelvan el poder al pueblo y liberar a los políticos detenidos tras la asonada. EFE (I)