Jonás Trueba se sacude el síndrome del inpostor con «La virgen de agosto»

«Soy el típico que siempre me pongo en lo peor y siempre me considero el peor, pero también me digo: Bueno, si nos han nominado, a lo mejor ganamos», explica el director español en entrevista con EFE.

Su «La virgen de agosto» se enfrenta a «1917», de Mendes, «Dark Waters», de Haynes, «Drunk», de Vinterberg, y «Chorpus Christi», de Komasa, y destaca como un filme realista y en apariencia humilde, que en España se estrenó en 2019 y llegó a Francia el pasado verano.

«Tengo una sensación como espectador de que galas y ceremonias tienden a distorsionar, a perjudicar a un tipo de cine más pequeño, con menos apoyo en general, pero de vez en cuando pasan estas cosas», señala el realizador, nacido en Madrid hace 39 años.

Pocos son los directores españoles que le preceden en ese honor: Carlos Saura, Alejandro Amenábar, Pablo Berger y Pedro Almodóvar, que estuvo nominado cinco veces y ganó con «Tacones lejanos» en 1993 y con «Todo sobre mi madre» en el año 2000, además de que en 1999 obtuvo el César de Honor.

«Te das cuenta de que han sido muy pocos. Es muy bonito formar parte, de pronto, de eso», recalca Trueba, que ha llegado a París acompañado de Itsaso Arana, coguionista y protagonista de esa cinta en la que Eva, una treintañera, decide quedarse un agosto en Madrid y aprovecharlo como oportunidad para la introspección y el cambio.

«Reivindicamos mirar tu propia ciudad, tus amigos, tu entorno y a ti misma con un cierto asombro, no dar tu vida por hecha, y ahora casi ha sido premonitorio, tristemente premonitorio», agrega la actriz en referencia a la pandemia que desde hace un año ha limitado las reuniones y el viaje.

La película ha encontrado una segunda vida en Francia y ha conseguido «serpentear, sobrevivir a todo este caos. Es un regalo», recalca el director, que firmó con ella el quinto largometraje de una carrera en la que también coincidió con Arana en 2016 en «La reconquista».

Los dos preparan ahora un nuevo proyecto juntos. Una película «de un encuentro de cuatro personajes que se emplazan a volver a verse», que comenzaron a rodar el pasado diciembre y continuará su rodaje en primavera, «cuando las cosas estén mejor».

Trueba tiene su propia productora, Los Ilusos, y Arana la compañía de teatro La Tristura.

«Cada uno a su manera, ha sido nuestra forma de sobrevivir, de abrirse paso, de contar las cosas como queríamos», sostiene la intérprete (Tafalla, 1985), que si la pandemia no lo hubiera impedido este mes habría estado en Francia de gira con el director teatral Pascal Rambert.

Su futuro inmediato espera ansioso el anuncio de este viernes en una gala sin público, a la que, con mascarilla y una PCR obligatoria, solo acudirán los nominados y quienes entregan los premios.

Trueba asegura que no tiene el discurso preparado: «Te manda tantos emails la Academia insistiendo en que tiene que ser muy breve que creo que dará tiempo a decir gracias y casi mejor, porque hablo muy mal francés». EFE

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