PPP

Eduardo Carmigniani

Guayaquil, Ecuador

Hay que resaltar la valentía del actual superintendente antimonopolios, Danilo Sylva, quien pidió que la OCDE haga una evaluación sobre el desempeño de la entidad (a su cargo desde 2019). Es el conocido “examen entre pares”, que somete las leyes y políticas de un país a una revisión de otros miembros de la comunidad internacional. Eso no es habitual en nuestro sector público. La costumbre es tapar los vicios institucionales.

Los resultados se presentaron este 31 de marzo, y hay datos que confirman lo demagógicamente desastrosa que fue la época de Pedro Páez Pérez. Enfoquémonos por ahora en los “estudios” (habrá que ver su costo), pues hay bastante más tela que cortar:

“Durante los primeros años de la SCPM, se inició un gran número de estudios de mercado e informes especiales en una amplia variedad de sectores y temas económicos. Los actores interesados mencionaron a la OCDE que la mayoría de dichos estudios o informes no estaban enfocados y su calidad y profundidad era deficiente, mientras que unos pocos no eran más que transcripciones de regulaciones existentes. Esa falta de enfoque puede observarse en el hecho de que solo el 26 % de los estudios de mercado y el 35 % de los informes especiales incluyeron recomendaciones. Esto resulta sorprendente debido a los recursos y tiempo que se dedicaron en su producción” (ps. 126 y 127).

Veamos un ejemplo, sobre supermercados (2014):

“Este estudio de mercado de la SCPM de 14 páginas… …tiene seis secciones: antecedentes, introducción, descripción general de los supermercados, principales operadores, distribución geográfica de las principales cadenas de supermercados, y finalmente el nivel de ventas. Sin embargo, no contiene ningún análisis económico, ni se refiere al mercado relevante, a las posibles barreras de entrada, a los niveles de concentración sectorial o a las cuotas de mercado de los principales operadores. Este estudio no establece sus objetivos y no presenta una descripción del marco legal del sector. No contiene ni conclusiones ni recomendaciones (p. 129).

Pura paja Páez.

Más relacionadas