Vesijue, Mamá!

Juan Ignacio Correa

Guayaquil, Ecuador

Mi madre recibió un depósito de mil dólares mediante el Banco, y yo soy un pelado que piensa, ¿sabes? A mi familia no le resultó curioso, así como para divagar en el asunto como filósofo, pero yo si me dije: qué paradójico—esas son las palabras chatas que yo uso—el revolucionario entregando dádivas a través del banquero, capaz de los mil que yo tenía le fueron a dar a mi vieja, jaja—la tasa de interés que cobra el cinismo es de chulqueros, tanto así que cuando mi madre llegó a casa, dijo: vaya uno a saber que Correa…perdón, Arauz ha sido bien panita de Lasso, por ahí manda el billete. Vieja, ese billete te lo dio el Banco, de ahí salió. No mijo, si en el wasap todas las comadres recibieron mensaje de Arauz; encima, usted sabe mijo que el banquero no da billete; no coma cuento, Esa plata no nos pertenece vieja, Ahora sí, agradezca! Pero mamita…Ya que #$@#%, cual sea que sea, baje en treinta para comer y déjese de andar sufriendo.

Ay vieja, ahora escribo en mi cuaderno. Digo, Ay vieja, qué cabeza! Sino supiera quién nomás la usa de peon útil para “estimular la economía”. Si la quisieran, le darían trabajo. Conociendo cómo ella es, y cuántas bocas tiene que alimentar—hasta mi tío ya llegó a pedirle crédito para una pelota de futbol—-, ese billete va pa’ pocos meses, y luego, a la pobreza menos mil, y a corregir con harta depresión ese momentito de rico, porque aquí no hay vida de rico. Pero para quienes son economistas, y les agrada las referencias a sus estadísticos más hiperbólicos que diario Extra, facilito se las pongo: si lo que una madrina ahorra normalmente en un año fuera el 20% (para ser optimista en este país), por cada 100 dólares que tiene, guarda 20 y gasta 80. A esa mujer que es mi madre, Correa…perdón, Arauz, le dio 1000 y al final terminará con 200, no 1000; el resto al gasto. Pero, si le hubieran dado trabajo formal, ahí sí, ganando 6000 al año una madre como la mía si que terminaría casi que con 1000. Pero claro, ese estadista es estadista solo para el cálculo político, porque bobo no ha de ser. Ahí sí, uno se da cuenta quién es quién, y cómo cada uno ve a mi vieja: uno como fin y otro como medio, ‘para estimular economía’…a ti te digo.

Peor aún, como si mi vieja fuera la única que trabaja, esa conceptualización romántica de la mujer de familia trabajadora es una estratagema política, no la realidad entera. Aquí trabajamos todos, a lo Rubén Blades, hasta el feto! Pero claro, estos manes no pudieron concebir una economía donde se generen tantos trabajos, donde la familia entera pueda trabajar y conseguir un ahorro mucho mayor. Así es la vida, supongo, y si uno les hace caso, compra su discurso y da su voto, ahí les prueba la hipótesis: las masas se compran con muy poco; aquí lo que importa es ganar. Mijo, ya va a comer?, No vieja ando con el python, Ni vengas con esas bromas que te mando de nuevo a rehabilitarte, No vieja, es un lenguaje de programación. Ah ya, esa cosa de Moreno…perdón, Arauz? Sí mamá…sí, ahora me dan clases de python en el colegio, una vaina!

Como si uno no pudiera sentarse en cualquier cafetería y hacer un curso de esos de MIT, Harvard, Stanford, que hasta más bonitos son y le dan a uno más prestigio—qué curioso, de verdad, parece esto una obra de arte, donde el colegio se autodestruye mientras se exhibe insignificante, imposible de diferenciarse de sus competidores. Pero eso no se trata del colegio, se trata de Correa…perdón, Moreno…perdón, Arauz…perdón, Correa…perdón, Moreno…perdón, Arauz…perdón, Correa…perdón, Moreno…perdón, Arauz…perdón, Correa…perdón, la misma #$@%#$^. Ni modo, al menos el profesor terminó la clase de hoy enseñándonos a escribir nuestro primer código de programación, y dice que allí podemos pasar facilito a programación de contenido masivo para redes sociales—-a mí eso me suena raro.

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