Los festejos taurinos regresan a Madrid después de más de un año de inactividad

Los festejos taurinos regresan mañana a la región española de Madrid después de 448 días de inactividad debido a la crisis sanitaria de la COVID-19 y lo harán en una fecha tan emblemática como el 2 de mayo, festividad regional, y con un gran festival taurino en la primera plaza del mundo: Las Ventas.

Enrique Ponce, El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Paco Ureña, además del rejoneador Diego Ventura y el novillero Guillermo García, componen el cartel con el que el Gobierno regional reabrirá por un día la Monumental madrileña.

Una tarde que será retransmitida en directo por la televisión regional y en la que en apenas dos horas desde que se abrieran las taquillas «online» se agotaron las 6.000 entradas puestas a la venta, el máximo aforo establecido por la región de Madrid para la celebración de espectáculos al aire libre.

Esta restricción del aforo de la Monumental madrileña, con localidades para cerca de 24.0000, se une a otras medidas sanitarias obligatorias como el acceso escalonado a la plaza, la toma de temperatura, el uso obligatorio de mascarilla, la prohibición de fumar, además de los servicios de bares, restauración y almohadillas, y la distancia interpersonal obligatoria.

Y todo para que pueda celebrarse con total garantías el que será, hasta la fecha, el acontecimiento taurino de los últimos quince meses.

Lejos queda ya aquel 9 de febrero de 2020 cuando, sin saberlo, Daniel Luque, López Simón y Álvaro Lorenzo hacían en la localidad madrileña de Valdemorillo el que iba a ser el último paseíllo en la región.

El estallido de la crisis sanitaria de la COVID-19 y el posterior decreto del estado de alarma en todo el país obligó a los españoles a confinarse durante tres largos meses y a paralizar todas las actividades no esenciales, como la cultura, y con ella la actividad taurina, que a diferencia de otras disciplinas no pudo valerse del «streaming» o emisión en directo para, al menos, no perder notoriedad.

Poco a poco la temporada se iba derrumbando como un castillo de naipes: primero las Fallas en Valencia, después los primeros festejos en Madrid, la Feria de Abril de Sevilla y hasta los «sanfermines» en Pamplona, hasta que llegó la oficialmente la noticia más devastadora para la afición: la Feria de San Isidro madrileña quedaba también cancelada.

La suspensión del considerado mundial del toreo hizo que fueran después en cascada todas las ferias de las principales capitales españolas, a excepción de Córdoba.

Los aforos en la desescalada hacían que fueran inviables y el toreo se sujetaba únicamente gracias a unas pocas pequeñas localidades que sí se atrevieron a organizar festejos, algunos incluso casi a puerta cerrada, como los de la «Gira de Reconstrucción» de la Fundación Toro de Lidia.

Pero en Madrid, ni uno. La empresa de Las Ventas decidió «taparse» y dejar que pasaran los meses en blanco y la región, propietaria de la plaza, no sólo decidió dar por bueno ese silencio de la empresa Plaza 1, sino que también desautorizó los intentos de algunos empresarios de dar toros en algunos municipios de la región.

Otras regiones como Andalucía o Castilla-La Mancha, y de forma mucho más moderada en Castilla y León, La Rioja y Extremadura, sí estaban empezando a recobrar un poco de aliento.

El 2020 echó la persiana con la segunda ola de la covid-19 obligando a suspender los últimos festejos del año y llegaba 2021 con algo más de esperanza a pesar de que el virus seguía contagiando a miles de personas y cobrándose también cientos de vidas.

El primero en echar la pata «pa’lante» en la región madrileña fue Alberto García con una miniferia de dos festejos en Leganés, que tendrán lugar el próximo fin de semana, después llegó Carlos Zúñiga con la feria de San Fernando de Aranjuez y un festejo más en Navalcarnero que supondrá el regreso de Gonzalo Caballero.

Pero el terremoto lo ocasionó la familia Matilla, al frente de la empresa Funciones Taurinas, cuando oficializó los rumores que hablaban de un histórico San Isidro en el Palacio de Vistalegre.

Una apuesta de las de verdad, pues se trata de once tardes de toros ininterrumpidas que darán comienzo el próximo día 13 de mayo y que reunirá a todas las principales figuras del escalafón, algunas incluso anunciadas dos tardes.

El 40 por ciento del aforo permitido, con hasta 6.000 espectadores como máximo, hace viable la organización de un ciclo que también contará con el colchón que supone la televisión, en este caso el Canal Toros de Movistar+, y que junto al festival de mañana en Las Ventas suponen un punto de reflexión a una temporada cuanto menos más esperanzadora. EFE (I)

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